¡Hola, Rebeca! Mi hijo de cuatro años se porta muy bien en la escuela, hace las actividades y la maestra dice que es el mejor de su salón, pero en casa es todo lo contrario: hace berrinches, tira sus juguetes y no quiere recogerlos. ¿A qué se debe? Tamara
¡Hola, Tamara! Los chicos en edad preescolar se dedican a aprender a convivir con personas distintas, a compartir con sus compañeros, a jugar, a tener mayor control sobre su cuerpo (de esfínteres, psicomotricidad fina y gruesa), a diferenciar olores, colores y sabores, entre muchas otras cosas. Ésta es una etapa en la que los niños deben ser estimulados y que sirve de preparación para la escuela primaria.
Adicionalmente empiezan a tener más deseos y ser más demandantes, por lo que es importante ponerles límites desde ahora para que sepan lo que pueden hacer y lo que no. Esta tarea se les facilita más a personas ajenas a los papás, como por ejemplo las educadoras o puericultoras, que son las personas que se hacen cargo de los chiquitos cuando están en el kínder o en la estancia infantil. La razón por la cual les parece más sencillo hacerlo es debido a que en su actividad laboral deben atender a varios niños y niñas a la vez y sólo pueden hacerlo estableciendo las reglas: deben dar las instrucciones a seguir de forma clara y precisa, supervisar a los niños para que las lleven al cabo y, de ser necesario, ayudarles para que lo logren.
Todo esto les exige que le den la misma atención a cada alumno, a diferencia de las mamás y los papás, que usualmente buscan complacer a sus hijos, ya que consideran que así les demuestran su amor, o bien, sus hijos “se portan mejor”.
Tal como tú lo has vivido, estos supuestos no son los mejores, ya que darles a los hijos todo lo que quieren lejos de ayudarlos a mejorar hace que los chicos sigan pidiendo y exigiendo. Seguramente has sido muy complaciente con tu hijo y eso hace que ahora él se comporte de forma caprichosa y, debido a que las profesoras están impedidas a hacerlo porque tienen muchos otros niños por atender, tu hijo tiene una actitud totalmente diferente con ellas. Por ello, sería conveniente que empezaras a hacer lo mismo: establecer límites para que él sepa que existen reglas en la escuela y la casa y que debe acatarlas en ambos lados. Al principio debes enseñarle a hacer las cosas; poco a poco podrás dejar de ayudarlo hasta que las haga por sí solo y logre ser igual de bien portado en la escuela y la casa.
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