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Channel: El Diario de YucatánCalidad de vida – El Diario de Yucatán
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Larga vida con salud

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Duerme muchas horas, escucha música norteña, ve telenovelas y come todo lo que se cocina en la casa, ya que en cuestión de dieta no tiene restricción alguna. Éstos son hábitos de la señora Lorenza Dolores Interián May, quien cumplió 109 años de edad.

La centenaria dama celebró su cumpleaños el martes 7 pasado con una convivencia familiar, en la que fue consentida con el menú que ella misma pidió: pavo asado, espagueti… y las dos cervezas que se le antojaron.

Dolores quizá sea la mujer más longeva de Yucatán. Nació el 7 de abril de 1906, en Balantún, Izamal, y a pesar de que su capacidad auditiva ha disminuido y presenta el Mal de Parkinson, en general se encuentra en buenas condiciones de salud.

Hay que llevar una existencia saludable para vivir muchos años, considera doña Lorenza Dolores en una entrevista con el Diario en su domicilio, ubicado cerca del Hospital O’Horán.

La centenaria dama llegó a la capital yucateca cuando tenía 10 años. Vivió muchos años por el rumbo de Santa Rosa. Recuerda que conoció a Felipe Carrillo Puerto y a su hermana Elvia, con quien asistía a asambleas.

“Cuando mataron a Felipe Carrillo fui con mi papá a verlo al cementerio”, relata la señora Interián, quien se dedicó a labores domésticas en diversos rumbos de la ciudad; a lavar ropa e incluso a la venta de pepitas.

Entre otras cosas, señala que cuando era muchacha asistía a los bailes con sus amigas y se la pasaba bien.

“¿Qué se siente cumplir 109 años?”, le pregunta una de sus nietas. La dama responde con una sonrisa: “Me siento bien”.

Sus familiares consideran que su “chichí” ha llegado a esta edad porque es una mujer de carácter relajado, que hizo mucho ejercicio en el pasado debido a las largas caminatas que hacía de Santa Rosa a la Inalámbrica, de ida y vuelta, con una escala en el Cementerio General.

También lo atribuyen a que come de todo y duerme bien y mucho, con un promedio de 10 a 12 horas.

La centenaria confiesa que de su dieta siempre han formado parte el frijol con puerco, el mole, la chicharra, el caldo de res, el puchero y, para beber, el pozole sin azúcar. Hasta los 105 años lavaba la ropa y los platos, y regaba el jardín, pero debió dejar de hacerlo por una caída que le fracturó la cadera. Contra todos los pronósticos, se recuperó y volvió a caminar, pero decidió dejar las actividades del hogar.

El cariño de sus descendientes, que suman más de una treintena, es lo que ahora anima a doña Lorenza Dolores, cuyos tres hijos ya fallecieron.— Claudia Sierra

 

 


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