¡Hola, Rebeca! Tengo una empleada que tiene tres hijos, de 12, 8 y 6 años. Su pareja la dejó hace dos meses y poco antes sacó a los niños de la escuela porque decía que no era necesario que fueran. Le he insistido en que es importante que estudien, le he ofrecido llevarlos a la escuela y ver que hagan su tarea, pero ella no quiere. ¿Cómo le puedo ayudar? Ximena.
¡Hola, Ximena! Ayudar a los demás es una forma de retribuir lo que has obtenido a lo largo de tu vida y te hará sentir que contribuyes a que los más necesitados tengan una mejor calidad de vida.
La ayuda debe otorgarse a quienes lo requieren y al mismo tiempo luchan por salir de la situación complicada por la que atraviesan. Personas como tú que buscan ayudar esperando recibir a cambio únicamente la satisfacción de haber hecho algo en beneficio de otro deben ser cuidadosas, ya que muchos de los que piden ayuda en realidad esperan que les resuelvan el problema sin hacer nada por salir de él, es decir, no están dispuestos a hacer nada que les exija algún tipo de desgaste, por mínimo que sea.
El altruismo es una de las formas más sublimes en que las personas evidencian su sensibilidad ante la desgracia ajena, pero esta actitud no siempre resulta en una ayuda efectiva, debido a que no se logra transmitir a los demás la necesidad de luchar por resolver sus propios problemas. En estos casos, lo mejor es esperar a que pidan tu ayuda y ofrecerla pero sin solucionarles todo el problema, ya que ellos mismos deben buscar la salida.
En el caso de tu empleada, puedes orientarla sobre los programas sociales que promueven la educación básica obligatoria y la entrega de becas. Si te solicita ayuda para la supervisión de tareas puedes darla, pero hay que establecer límites para que evidencie su interés en resolver ella misma su problema, en vez de esperar a que tú se lo soluciones.
Si debe levantarse más temprano para tener a los niños listos y llevarlos a la escuela debe hacerlo. Si tú le ofreces hacer todo sólo estarás promoviendo que siga dependiendo de otras personas. Si sientes a tu empleada como si fuera tu hija y por ello buscas protegerla piensa que si le ofreces un camino con diversas opciones para que ella misma resuelva su problema le estás ayudando mucho más que si tú le haces las cosas.
Si a pesar de las opciones que le des y la ayuda que le ofrezcas ella sigue sin aceptarlas, debes respetar su decisión, aunque no estés de acuerdo; seguramente ahora está viendo sólo el conflicto y debe pasar un tiempo para que lo asimile y busque soluciones. Deja la puerta abierta para que ella sepa que cuando lo decida puede contar contigo.
Si tienes alguna duda sobre el ser papá o mamá escríbeme a contacto@rebecavences.com. Si requieres apoyo para tratar algún problema personal o familiar pide una cita al 317-59-17.