Los valores fueron el eje del curso de verano de la Casa Infantil El Roble, conocida también como Casa de la Alegría, que la tarde de ayer llegó a su fin después de cinco semanas de trabajo.
La clausura, a la que acudieron padres de los 60 niños que participaron en la actividad, incluyó una muestra de lo aprendido en clases de Matemáticas, catecismo, valores, música y manualidades.
“La idea fue hacer un curso de verano de catecismo y poner al niño en contacto con Dios”, indica Elda Gasque Casares, presidenta del patronato de la casa. “Nuestro interés también fue hablarles de los valores, la moral y las virtudes”, añade tras recordar que esto es lo que diferencia al programa de verano de otros en la ciudad.
Y es que en cada una de las actividades, ya fueran Español, Matemáticas, pintura o música, a los niños se les habló de esos temas.
Elda Gasque estuvo acompañada en la clausura por la tesorera de la casa, Alma Rosa Alcocer Vidal, quien destaca la importancia de la formación de los niños en los valores, pues éstos los harán hombres y mujeres de bien.La maestra María del Carmen Medina Nah, coordinadora académica de la casa, explica que durante las cinco semanas los niños tuvieron clases de Matemáticas y Español que se impartieron en forma lúdica. En cuestión de valores hablaron de justicia, libertad, pluralidad y responsabilidad.
En las clases de música, a cargo de Juan José Pastor y Sonia Galán, se les enseñó a vocalizar, y en las de manualidades, sobre artes visuales.
La demostración de conocimientos comenzó con la explicación por los niños del Cuadrado Mágico de Alberto Durero. Después los pequeños se trasladaron a la capilla donde explicaron parte de lo aprendido en catecismo, y representaron las historias “El virus de la intolerancia” y “Ricitos de oro”.
Posteriormente cantaron “La pájara pinta” y “Mi rancho alegre”. La jornada concluyó con la muestra de manualidades.- Iván Canul Ek