
SAN DIEGO (EFE).- Miles de personas se dieron cita ayer en la apertura de la 45a. edición de Comic-Con, la convención anual más importante de San Diego, que durante cuatro días se rinde ante superhéroes y zombies.
Tal es la implicación de la urbe con este evento del cómic, el género fantástico y la ciencia ficción que el alcalde Kevin Faulconer no dudó en arrojarse por una tirolesa de 10 metros de altura y 40 de longitud para aterrizar, literalmente, en el lugar dispuesto para celebrar el protocolario acto de inauguración.”Comic-Con es un activo enorme para la ciudad”, declaró el concejal Todd Gloria, quien se deslizó tras Faulconer por el cable puesto en pie en los aledaños del Centro de Convenciones de San Diego por la cadena Fox para promover su serie “Gotham”.Lo cierto es que el Comic-Con dejará este año en la ciudad más de 177 millones de dólares, de los cuales casi 80 millones saldrán de los bolsillos de los 130,000 asistentes a la convención, que llenan restaurantes, hoteles y las calles del centro urbano.El perfil de los que visitan el Comic-Con ha evolucionado desde sus inicios en 1970. De ser una pequeña reunión de fanáticos del cómic se ha convertido en una cumbre de la cultura pop para personas de todas las edades.
Por los largos pasillos del Centro de Convenciones no es raro encontrarse a padres primerizos cargando con un recién nacido, empujando un carrito de bebé o, como es el caso de Erik Jensen, aleccionando a su hijo Kevin para que deje de darle golpes a una estatua de Batman con su martillo de Thor.”Más gente querrá hacerse una foto, Kevin”, le dijo.Jensen, un habitual de Comic-Con, acudió esta vez vestido como el Capitán América y convenció a su hijo para que se vistiera de Thor -y no como Mario Bros, como quería el niño- para interpretar su pequeña versión familiar de “Los Vengadores” de Marvel.”Mañana (por hoy) irá de SuperMario”.
En muchos casos son los padres los que introducen a sus hijos en la afición por el género fantástico. En otras ocasiones el interés por este evento se contagia en pareja.
Así le ocurrió a Laura Mendívil, mexicana de 29 años y quien desde 2007 cruza la frontera desde Tijuana para conocer en primera persona las novedades de las superproducciones de Hollywood.Fue su esposo, Julio Cárdenas, de 28 años, quien la enganchó al Comic-Con. Este año ambos tienen la ilusión de ver de cerca al director Peter Jackson y al equipo que realiza las películas de Marvel en presentaciones que tendrán lugar mañana sábado en el salón H, un auditorio para 6,500 personas.A pesar del aforo, la demanda para conseguir una de esas localidades es tal que la única forma de garantizarse el acceso es comenzar a hacer cola la noche antes. Una práctica habitual en Comic-Con.Mendívil y Cárdenas hicieron fila en la calle desde las 3 de la mañana el año pasado para entrar a la conferencia de Marvel.”Me dormí y no había con qué taparse. Este año me compré un saco de dormir. Hay gente que va con colchones inflables”, aseguró Cárdenas.”Este año sí venimos preparados. El viernes vamos a hacer fila desde las 10 de la noche para tener asegurados lugares más en frente. Vale la pena”.La meta de esta pareja eta lograr un sitio en las tres primeras filas de la conferencia de Warner, en la que Jackson y el equipo de “The Hobbit”, con Cate Blanchett, Orlando Bloom, Evangeline Lilly y Luke Evans, adelantará contenidos de la tercera parte de la saga que se estrena en diciembre.
En los últimos años los estudios de Hollywood y las cadenas de televisión han ocupado los lugares principales del Centro de Convenciones, donde sólo resisten las grandes firmas de cómic como Marvel, DC Comics o Dark Horse, mientras que el resto se conforma con ocupar un lugar secundario.
Los asistentes van de puesto en puesto en busca de un recuerdo: un afiche, una bolsa, un autógrafo o una experiencia de realidad virtual como la que ofrece Warner de la mano de Oculus para promover “Into The Storm”, que debuta el 8 de agosto.