Autor: Mario Alberto del Villar Cervera (*)
“Oye, Manuel, los gérmenes están haciendo de las suyas, ¿verdad?”.
“Sí, Clarita; escuchas por todas partes que la gente enferma de esto y aquello; si no es el estómago, es la garganta o los oídos. Fíjate que en esta semana que me encontré en el café al Doctor M me comentó de dos casos de personas que tuvo que internar en el hospital en este mes.
“Ambos fueron por fuertes infecciones de la garganta y de las amígdalas”.
“Pero, ¿por una infección de anginas se tiene uno que internar, Manuel?”.
“No, Clarita, obvio que no; pero lo que tuvieron fue algo grande. Me platica que desarrollaron un absceso (pus) entre la angina y el músculo del cuello; le llaman “absceso periamigdalino”, según recuerdo, y me comentó que es potencialmente peligroso, porque de no ser tratado oportunamente y complicarse puede poner en riesgo la vida del paciente. Así que me recomendó no tomar a tan la ligera una infección de la garganta, pero, sobre todo, no autorrecetarse y mucho menos tomar indiscriminadamente antibióticos, ya que esto puede enmascarar el cuadro y hacerlo más peligroso”.
“Ya ves, Manuel, ¡deja de fumar!”.
—–
*) Otorrinolaringología de niños y adultos. Consultorio 423 de Star Médica. Teléfono 196-15-14.