Muchas investigaciones asocian el estado de ánimo con el estado de salud física. No es noticia saber que la evolución favorable de la salud de muchos enfermos se debe precisamente a su estado de ánimo, a su bienestar.
En toda la Historia se ha intentado definir el concepto de felicidad. ¿Qué significa estar felices? ¿Qué es lo que realmente nos da la felicidad? ¿Qué debemos hacer para ser felices? ¿Cuáles son los valores fundamentales que debemos vivir para ser felices?
Responder a cada pregunta nos llevaría ciertamente un libro, pero ¿qué es lo que realmente importa? Desde mi punto de vista la felicidad tiene que ver con aspirar a vivir los valores más altos, los valores verdaderamente humanos, que son también valores que encarna Jesucristo. La alegría, la confianza, la honestidad, la fe, el respeto, la justicia, la paz, etcétera, estos valores que nos hacen mejores hombres y mujeres y que día a día nos debemos esforzar por vivir.
Si nos proponemos vivir estos valores en lo cotidiano seguramente estaremos en armonía interior, lo que se traduce en paz ,y por lo tanto, en felicidad. Esto conduce a la salud emocional, espiritual y, por qué no, también física. De manera que hagamos lo posible por vivir estos valores en nuestra vida; esto no significa que no tengamos tropiezos, pues la felicidad no está ligada a la perfección. Felicidad no es igual a perfección. Que Jesucristo, Camino, Verdad y Vida, nos muestre siempre la senda para conducirnos para cumplir su voluntad, que en resumidas cuentas es la felicidad.- Padre Alejandro Álvarez Gallegos, coordinador diocesano para la Pastoral de la Salud. Correo: pastoralsalud yucatan@hotmail.com.