Los seres humanos tenemos diferentes grados de susceptibilidad y ante un estímulo o acción reaccionamos de diferente manera.
Pongamos un caso: hemos oído un montón de veces que ante un atraco o un accidente unas personas dicen que se comportarían de una manera o de otra, pero cuando realmente les sucede reaccionan de manera inesperada, pues en ese momento además de entrar en shock, no sabes cómo va a terminar todo.
Cuando surgen situaciones no esperadas, podemos enfrentarnos a ellas de una forma elegante y adecuada simplemente aplicando las reglas de urbanidad y protocolo que hemos aprendido a través de la vidao en cursos de esta modalidad.
El saber estar en cada momento marca la diferencia. Por ejemplo: “cuando presentamos a alguien, ¿sabemos hacerlo?”, “cuando utilizamos el celular ¿lo hacemos de forma correcta?”, “cuando acudimos a un evento en una casa, ¿sabemos qué llevar?”. Y “cuando nos regalan algo ¿sabemos agradecerel detalle?”.
Por el mes en que estamos, vamos a tratar este último apartado.
Saber hacer regalos es todo un arte para el que se necesita intuición y sensibilidad. Normalmente se regala algo por dos motivos, uno puede ser por compromiso y otro porque nace del corazón.
Los regalos de compromiso son cuando surge una celebración, ya sea cumpleaños, boda, bautizo, graduación, inauguración de empresa, o algún otro evento. Otra ocasión para regalar la constituyen los viajes, que se pueden aprovechar para comprar algún “cariñito”, demostrando así al destinatario del objeto que incluso estando lejos nos hemos acordado de él. Hay que cuidar mucho la presentación del regalo. Hacerlo bien implica elegancia e imaginación.
Siempre hay que agradecer los regalos ya sea personalmente, por teléfono o por escrito. Recibir un regalo obliga a expresar gratitudpor el detalle.