LONDRES (BBC).- En diferentes partes del mundo, cada vez más gente está donando su tiempo para participar en proyectos de voluntariado en línea. ¿Qué los impulsa a ayudar a extraños sin expectativas de recibir dinero o siquiera las gracias?
Radha Taralekar ayudó a enseñarle a Imelda a protegerse del VIH, aunque nunca se han conocido y ninguna sabe el nombre de la otra.
Desde su casa en Bombay, a la joven doctora le tomó varias semanas escribir parte de una guía especialmente para Imelda y sus amigas en el Centro Comunitario Kitega, en Uganda.
Imelda perdió a sus hijos a causa del VIH y el sida.
La doctora Taralekar no recibió ningún pago por su trabajo, que fue anunciado en un sitio web de Naciones Unidas encaminado a conectar a voluntarios de oficinas con gente necesitada de ayuda.
Al voluntario tradicional le puede parecer algo muy distante comparado con servir alimentos a los desamparados o arreglar la ropa en una tienda local de caridad. No hay sonrisas cálidas ni gestos de aprecio y las llamadas telefónicas, si es que ocurren, son esporádicas. Los agradecimientos pueden llegar por correo electrónico o mensajes instantáneos.
Taralekar es una entre numerosos individuos talentosos que donan con regularidad su tiempo en línea. ¿Pero qué los lleva a hacerlo sin pedir nada a cambio?
El proyecto le dio a Taralekar la oportunidad de trabajar con gente del extranjero sin salir de su país. “No me motiva mucho el dinero. Deseo servir a la gente, aportar ideas”, afirma.