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La impotencia no es obstáculo

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Foto: Megamedia

Pastoral de la salud

Es de todos bien sabido que una parte importante de la experiencia de vida matrimonial son las relaciones sexuales llevadas al cabo humanamente. En ciertas ocasiones se pueden presentar problemas que pueden afectar la relación matrimonial que cierra el diálogo, la confianza y la cercanía entre los esposos. Una situación puede ser la impotencia sexual.

Por impotencia sexual se entiende la incapacidad para la cópula conyugal en su aspecto exterior y material. La impotencia puede ser absoluta o relativa:

A) absoluta, si tiene lugar entre una persona y todas las demás.

B) relativa, si se da entre una persona y otra determinada.

La impotencia se puede derivar de problemas físicos o psíquicos. Los problemas físicos pueden ser congénitos, (si se traen al nacer) o accidentales (por enfermedades o algún daño provocado). Los problemas psíquicos se refieren a traumas o complejos generalmente ocasionados por alguna impresión o experiencia frustrante. Algunos problemas físicos y psíquicos de esta índole, atendidos a tiempo y con perseverancia, pueden ser superados totalmente.

La impotencia absoluta no superable incapacita para el matrimonio con la persona correspondiente. Si la impotencia sexual es perpetua y existía ya antes del matrimonio, éste puede declararse inválido o nulo.

Sin embargo, si alguno de los pretendientes al matrimonio es impotente y ambos aceptan libre y voluntariamente vivir como hermanos, tiene validez el consentimiento matrimonial, ya que el derecho al matrimonio no lo pierde ninguna persona soltera, tratándose de la unión del varón con la mujer, aunque alguno de ellos esté incapacitado para la cópula conyugal, siempre y cuando puedan ambos asumir los demás compromisos del matrimonio.

El uso de viagra (para el estímulo genital) o de prótesis peneana (fija o movible) o intervenciones quirúrgicas u hormonales en la mujer, que tienen la finalidad de propiciar el acto conyugal, pueden tener una justificación moral aceptable dentro del uso del matrimonio único y estable. Tales recursos válidos son ayuda para superar la impotencia parcial o relativa.— Padre Alejandro de Jesús Álvarez Gallegos

 


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