Cuando no dormimos bien deterioramos nuestro organismo y uno de los problemas que esto puede generar es la obesidad. No todos necesitamos dormir el mismo número de horas; si durante el día estamos muy cansados seguramente no dormimos el suficiente número de horas o tuvimos sueños intranquilos.
Los niños y adolescentes necesitan dormir alrededor de 9 horas y los adultos, entre 7 y 9 horas.
Es frecuente que los adolescentes e incluso niños se acuesten a dormir tarde (después de las 11) y se levanten temprano (6) con el consiguiente riesgo de obesidad.
Cuando no dormimos bien sufrimos cambios en los niveles de hormonas que influyen en el metabolismo, además solemos consumir calorías extras en la noche. Estas actividades nocturnas suelen acompañarse de consumo de café o té. Ambas bebidas pueden dificultar que se concilie el sueño, pero el efecto es muy variable. El café descafeinado y el té de manzanilla son opciones para los que presentan este efecto.
Puedes acompañar estas bebidas con algún sustituto de azúcar, se cuenta con opciones como la sucralosa y la rebiana de Stevia, esta última de origen natural. Te recomendamos no cenar muy tarde y que sea algo ligero, pues esas calorías se convertirán en grasa durante la noche, además de que te harás propenso al reflujo que daña el esófago y puede causar hasta sangrado y úlceras.
No olvides cuidar a los niños y adolescentes, ayúdalos a organizar sus actividades para que puedan acostarse a la hora adecuada y dormir alrededor de 9 horas. Con ello los proteges de la obesidad.
Visita nuestra página de la Uady: www.nutreymuevetu vida.uady.mx.