Hoy viernes se celebra a los maestros, esos abnegados seres que día a día dan todo de sí para la enseñanza.
Yo quiero aprovechar para brindar un homenaje a tantos hombres y mujeres que se toman el vino en serio y hacen de sus vidas un apostolado, enseñando todo lo que saben acerca de él. Me viene a la memoria una cantidad enorme de personas que dejaron huella en mi vida como estudiante y profesional.
Nuestra memoria nos trae a esos maestros con los que hemos aprendido muchas cosas y no se nos olvidan; a mi mente vienen muchos enófilos, maestros del vino, enólogos como Susana Balbo, Hugo Da Costa, Eliot Díaz, Pilar Meré, Marcos Flores, Georgina Estrada y Omar Barbosa, gente comprometida con el vino y quienes de una u otra manera aportaron los conocimientos que este servidor aplica todos los días tanto en la Universidad Anáhuac Mayab como en esta columna y los diferentes centros de consumo en los que doy asesorías al cliente.
¿Qué podemos hacer para honrar a nuestros apóstoles de la enseñanza? Regalarles una buena botella de vino, ya sea tinto, blanco o espumoso. Para los que trabajamos en transmitir conocimientos una buena copa de vino al día nos trae sensación de paz, de relajación, de satisfacción por haber cumplido con nuestro deber.
Los vinos más recomendados para los maestros son los tintos Cabernet Sauvignon y Malbec, ya que aportan los energéticos que se pierden durante la jornada de clases, vitaminas, minerales y colágenos, y son excelentes relajantes musculares.
Otro regalo de gran utilidad es un estuche con descorchador, tapones y cortagotas, ésos que vienen en una caja muy bonita de madera; si se puede labrar con el nombre del maestro sería mucho mejor y es un detalle que jamás se olvidará.
Les dejo mi correo electrónico: maestrodevinos@ hotmail.com para sus dudas o comentarios. Respondo todos los mensajes. ¡Feliz día, maestros! Hasta la próxima semana. ¡Salud!