LONDRES.— No es extraño que sintamos miedo de algo, eso es innato; pero no es saludable que este temor se vuelva exagerado e irracional, es decir, una fobia.
Este terror genera ansiedad y angustia, una sensación que inmoviliza o que obliga a correr en los casos más extremos. Su nombre viene del griego fobos, que significa pánico.
La persona que las padece no las puede controlar y requiere un tratamiento para superarlas. Debido a que la fobia controla a quien la sufre, esto puede afectar eventualmente su vida.
Y dado que cualquier ser vivo, objeto, situaciones e incluso pensamientos pueden desencadenar una fobia, hay cientos de ellas.
Comunes y raras
Existen algunas que, de acuerdo con la BBC, se podrían definir como comunes: la claustrofobia (miedo a lugares cerrados) y la agorafobia (a lugares abiertos). Hay otras más raras pero no por ello menos importantes, según explica Javier Savia, psicólogo general con amplia experiencia en fobias.
Javier destaca algunas de ellas. Una es la hipopotomonstrosesquipedaliofobia, que se define como el pánico a las palabras largas o complejas. También es conocida como sesquipedaliofobia, para simplificar la pronunciación, al menos un poco.
Según Javier, debido a esta fobia la persona siente aversión y nerviosismo cuando está involucrada en conversaciones en que se usan palabras extensas, difíciles y poco frecuentes, como en una charla académica.
No sólo le molesta oírlas, sino también pronunciarlas, por el temor a hacerlo mal y ponerse en ridículo.
Miedo Palabras largas
Fobia a detalle
La sesquipedaliofobia es causada por el miedo a pronunciar incorrectamente una palabra larga, ya que significa para la persona el riesgo de quedar en desventaja, ser vista como alguien con poca cultura o que tiene una inteligencia inferior a sus pares. Muchas veces esta fobia viene acompañada de timidez social y el temor a quedar en ridículo.