“Manuel.., Manuel.., Manuel, ¿dónde estás? Ya que no haces ruido, algo debes estar haciendo… ¡Manuel! ¿Cómo te atreves a meterte eso en la oreja?”.
“Clarita, es que tengo mucha picazón en el oído; en éste, mira, el derecho”.
“Pues ráscate con los codos, como dice nuestro amigo el Dr. M. Ya sabes cuánto te puedes lastimar si te pasas o tienes un accidente, como hace un rato que al abrir la puerta te empujé y por poco y se te incrusta el aplicador que traes en la mano. ¿No aprendiste de la mala experiencia de nuestro compadre Laurencio, verdad? Tuvieron que operarle porque al estar ‘limpiando’ el oído se impactó con lo que lo estaba haciendo y le salió mucho más caro que si hubiera ido al especialista. Así que si te está molestando el oído te me vistes, te subes al auto y te me vas a ver a nuestro amigo. Cuando regreses te me preparas y me llevas de compras. Me llevas a comprar el vestidito que me prometiste y el otro día te hiciste el loco y no fuimos, ¿te acuerdas?, ¿te acuerdas?
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*) Otorrinolaringólogo de niños y adultos. Consultorio 423 de Star Médica. Citas al 196-15-14.