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No debe ignorarse el deshielo

ANCHORAGE (AP).— El suelo del Ártico y del subártico que se descongela por el calentamiento global añadirá cantidades sustanciales de carbono a la atmósfera en forma de gases de invernadero, lo que acelerará ese cambio el resto del siglo. Sin embargo, no ocurrirá en forma repentina, afirma un grupo de investigadores.

Una revisión a cargo de expertos académicos y gubernamentales concluye que el dióxido de carbono y el metano generados por los microbios que digieren plantas en descongelación y materia animal entrarán a la atmósfera de forma gradual, y constituyen una fuente de carbono que no debería ser ignorada, dice Dave McGuire, investigador del Servicio Geológico de Estados Unidos y profesor de Ecología en la Universidad de Alaska, plantel de Fairbanks.

“Los cálculos a los que llegamos en esta síntesis sugieren que, a lo largo del resto de este siglo, podría ser similar en magnitud a lo que la deforestación tropical afecta actualmente al ciclo global del carbono”, asegura.

McGuire es uno de los autores principales y uno de 17 investigadores que trabajaron en el artículo que llegó a estas conclusiones, el cual apareció esta semana en la revista “Nature”.

El artículo es resultado del trabajo de la Permafrost Carbon Network (Red de Carbono del Permafrost), grupo de 200 científicos de 88 instituciones en 17 países que por cuatro años ha estudiado los cambios en el Ártico. El otro autor principal es Ted Schuur de la Universidad del Norte de Arizona.

Combustibles

La mayor parte del calentamiento global está ligado a la quema de combustibles fósiles. Se culpa a la deforestación tropical —acabar con las selvas para abrir espacio a granjas, el cultivo de maderas o la creación de áreas urbanas— de una décima parte del calentamiento. Se espera que esa cantidad sea igualada por los efectos del derretimiento del permafrost, según los científicos.

En los últimos 30 años, el permafrost en Alaska, Rusia y otras regiones árticas se ha calentado casi 11 grados Fahrenheit, elevándose de una temperatura promedio de menos grados centígrados a menos dos grados.

Los científicos querían averiguar cuánto carbono está contenido en el permafrost, qué tan rápido se liberaría y en qué forma saldrá a la atmósfera. Atendieron también a las insinuaciones de algunos expertos de que habría una enorme liberación de gases invernadero asociada con el calentamiento. “Nuestra investigación indica que eso no es probable”, afirmó McGuire.

 

 


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