LOS ALAMITOS, California (AP).— De siete años, Faith Lennox nunca pensó necesitar una mano izquierda; al fin y al cabo, no puede recordar haber perdido la suya a los nueve meses.
Pero si se trata de tener una hecha a medida, fabricada en un solo día con una impresora 3D, la historia cambia. En particular cuando tuvo que elegir los colores: sus favoritos: rosa, azul y violeta, como los de la camiseta que vestía en el momento.
No hace daño aunque el apéndice, llamado mano robot, se parece a las de Iron Man, el superhéroe de Marvel Comics.
“¡Es realmente genial!”, dijo la niña con una enorme sonrisa, rodeada de computadoras de alta tecnología en el Build It Workspace en un suburbio del condado de Orange. Build It Workspace es un estudio de impresión en 3-D que enseña a la gente a utilizar estas impresoras y proporciona acceso a máquinas para proyectos. También realiza impresiones comerciales.
Salió de la escuela antes para llegar al lugar con su madre, Nicole, y observar con fascinación cómo su nueva mano empezaba a tomar forma. Estuvo absorta durante varios minutos mientras el proyecto pasaba lentamente de la pantalla de la computadora al plástico real. Ayer regresó para probársela.
El producto final es el resultado de una tecnología emergente que está revolucionando las prótesis, dice Mark Lengsfeld, de Build It, especialmente para niños como Faith, a quienes las costosas prótesis actuales les quedan pequeñas pronto y tienen problemas para usarlas por su tamaño y peso.
“Es increíble hacer una cosa así”, subraya el presidente y fundador de la compañía sobre fabricar una mano que pesa 450 gramos y es del mismo tipo de plástico que las piezas de coche.
Airwolf 3D es la fabricante de la impresora de la mano.
Faith, la mayor de tres hermanos, sufrió durante su alumbramiento una interrupción del flujo de sangre a su brazo izquierdo, lo cual dañó irreparablemente tejidos, músculos y hueso. Tras nueve meses de intentos de salvar la extremidad, los médicos decidieron que había que amputarla justo por debajo del codo.
Los padres de la pequeña trabajaban con la organización E-Nable para conseguirle una mano impresa en 3-D, pero la tecnología es muy nueva y hay lista de espera. Entonces escucharon hablar de la firma de Lengsfeld tras la visita del hijo de un amigo al centro con su grupo scout.
E-Nable proporciona la tecnología de código abierto para fabricar la mano, explica Lengsfeld, lo que hace que sea accesible para cualquiera con la máquina y las instrucciones adecuadas.
La de Faith costó solamente 50 dólares y cuando la niña crezca podrá fabricar fácilmente una pieza de recambio de mayor tamaño. “Ha sido un honor ayudarla”.
La pequeña, que aprendió a nadar a los tres años y surfea con su padre, ya sabe qué hará cuando tenga la nueva mano. “¡Montar en mi bicicleta!”.
Aunque ya es una ciclista competente, señala que ahora podrá hacer giros que resultan un poco complicados con sólo una mano.