La emoción puede ser definida como un estado complejo del organismo, que se caracteriza por la excitación y la perturbación, que pueden ser fuertes, como en las reacciones faciales o el pulso cardíaco, e incluir conductas como agresividad y llanto. La duración de una emoción puede ser de algunos segundos a varias horas.
En el mundo laboral, social e incluso familiar, a veces nos toca decir unas palabras y es en ese momento que notamos que nuestro organismo sufre una alteración, esto sucede porque aparece la emoción del miedo, que se conoce con la palabra técnica “trac”.
Hay personas que se expresan muy bien, tienen facilidad de palabra, una cualidad innata en ellas. Pero a la inmensa mayoría de los mortales nos inquieta hablar en público, nosotros no pretendemos ser grandes oradores, eso requiere de estudios y de años de experiencia. Sin embargo, sí podemos defendernos siguiendo algunas normas básicas.
Lo primero que tenemos que hacer cuando disponemos de tiempo es tomar anotaciones de lo que vamos a decir, preparar el discurso y ensayarlo varias veces hablando despacio, con claridad, haciendo pausas. Luego se puede reunir a la familia y hablar delante de ella.
Ahora hagamos el ejercicio frente a un espejo. Tenemos que ver cómo nos movemos y si podemos vestirnos de la misma forma que vestiremos durante el momento que hablaremos en público mucho mejor.
Lo que es muy importante y tenemos que valorar a la hora de hablar en público es la duración de la intervención, que deberá ser breve. Es preferible que el público se quede con ganas de más que fatigado y cansado.
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(*) Diplomada en protocolo y organización de eventos, y artista plástica. Correo: pvarases@msn.com.