Si has pensado viajar a la Península Ibérica y pasar por Cataluña, si lo haces en temporada de invierno —de finales de noviembre a mediados de marzo— ésta es la mejor para degustar calçots, el platillo típico que tanto gusta a los catalanes y casi es un rito salir a comer.
Los calçots (variedad de cebolla tierna y dulce) se cultivan habitualmente en el interior de Cataluña, principalmente en las tierras del Ebro, siendo los más famosos los de Valls.
El calçot toma su nombre de la manera en que se planta la cebolla: se amontona la tierra sobre los brotes de la planta, algo que se llama “calçar la tierra”. Esto se hace con la finalidad de conseguir un tallo blanco de 15 a 20 centímetros de largo.
Pues bien, las calçotadas son un verdadero rito, ya que siguen una técnica muy curiosa y quienes participan deben portar una indumentaria de protección, guantes y babero, para no salir manchados de negro por el carboncillo del calçot o por la salsa romescu.
Cada año se sirven más de cuatro millones de piezas en los restaurantes y braserías de toda Cataluña.
Normalmente se sirven como un primer plato y van en una teja para conservar el calor. No puede faltar en la mesa el tradicional pá amb tomaquet (pan tostado con tomate untado, ajo y una rayita de aceite de oliva).
Como entranda se pueden pedir alcachofas a la brasa, escalibada o cargols a la llauna (caracoles a la lata), y de segundo plato hay una gran variedad que va desde la típica butifarra (embutido de cerdo picado), los embutidos, conejo o pierna de cordero, todo esto acompañado de un buen vino de la región o una burbujeante cava.
Después de tal comida viene el postre, que bien puede ser la deliciosa crema catalana (o crema quemada) y finalmente un café.
Entre otros lugares donde puedes disfrutar estas delicias están el restaurante Can Serdà, en plena sierra de Collserola, a pocos kilómetros de Barcelona; Casa Juaco, con excelentes vistas del bosque que rodea a la ciudad, y Las Planas, donde encontrarás tres o cuatros restaurantes o, si lo prefieres, puedes prepararlos tú mismo en un gran espacio habilitado para ello, que cuenta con más de 30 puestos para preparar los calçot al fuego.
El precio de la calçotada varía de un lugar a otro, pero siempre ronda entre los 20 y 30 euros por persona. La bebida es aparte.
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*) Fotógrafo yucateco.