NUEVA YORK (AP).- La sabueso “Miss P” se convirtió anteanoche en el mejor perro de Estados Unidos al triunfar sorpresivamente en la competencia anual del Westminster Kennel Club.
De cuatro años, “Miss P” es nieta de “Uno”, el popular cazador que en 2008 ladró todo su camino hacia el primer lugar para convertirse en el único sabueso en ganar hasta entonces el concurso canino más importante del país.
“Miss P”, sin embargo, no dijo ni pío en la pista. “Es una princesa”, declaró su presentador, Will Alexander. Una princesa tranquila. No el sabueso común, como muchos dueños pueden atestiguar.
En lugar de ella, fue el público del Madison Square Garden el que hizo bulla cuando el juez David Merriam eligió a “Miss P”. Sólo media hora después de su triunfo, la sabueso, de 38 centímetros, comenzó a hacer ruido. Y fue únicamente porque su equipo la estaba consintiendo con comida.
La ronda final estuvo llena de favoritos. “Matisse”, un perro de aguas portugués que es primo de “Sunny”, una de las mascotas de los Obama, fue el máximo ganador masculino en la historia de la competencia con 238 puntos. “Swagger”, el viejo pastor inglés, terminó en segundo sitio en el concurso de 2013 y claramente recibió las mayores porras. Un terrier de Skye finalizó segundo en esta ocasión. Un poodle standard, un shih tzu propiedad de Patty Hearst y un springer spaniel inglés también se colaron a la última ronda.
“Miss P” fue la que encantó a Merriam, un juez de la Corte de California retirado que ha pasado más de medio siglo con perros y que por primera ocasión calificaba al mejor de la competencia. “Nunca me decepciona. No comente ningún error”, declaró Alexander de la sabueso.
No hay un premio económico para el ganador de Westminster, sino prestigio para siempre en círculos caninos, además de la posibilidad de cobrar lucrativos derechos de crianza. “Miss P” también ganó apariciones en programas de televisión matutinos, un encuentro con Donald Trump, un almuerzo en el reconocido restaurante neoyorquino Sardi y una participación en el musical “Kinky Boots” de Broadway.