Claudia Canales.
Sigamos conversando sobre los restaurantes. Al tomar nuestro asiento colocaremos la servilleta en nuestro regazo o bien el mesero lo hará como forma de cortesía.
En caso de tener algún problema o inconveniente con los alimentos, bebidas o servicio se solicitará la asistencia del capitán de meseros, el gerente o el encargado del lugar para presentar nuestra queja, procurando siempre hacerlo con discreción.
Cuando revisemos el menú del lugar lo sostendremos sin ocultar nuestro rostro a los demás comensales; coloquémoslo siempre hacia un lado sin molestar al otro comensal. Para la elección del menú, si somos los anfitriones podremos hacer sugerencias sobre algunos platillos, igualmente sobre los vinos o demás bebidas.
Si hay damas presentes, éstas ordenarán primero.
Si desconocemos o no se especifica el contenido de alguno de los platillos, se solicitará la información al capitán de meseros o al mesero que nos esté atendiendo.
La cuenta la liquidará la persona que invita; si ambos acordaron hacerlo, se podrá dividir. Si vamos en grupo, lo correcto será que alguien pague y luego se divida la cuenta, para evitar hacerlo en la mesa frente a los demás clientes del restaurante.
Al salir, siempre será un acto de cortesía de nuestra parte agradecer al personal por el buen servicio o la preparación de los alimentos; podemos hacerlo con una frase amable o con un saludo de despedida. Así consideramos las atenciones que nos brindaron durante nuestra estancia, además de que es muy motivador para los empleados recibir frases de halago por su esfuerzo y trabajo. Por ejemplo: “Todo estuvo delicioso, por favor felicite al chef de nuestra parte. Buenas noches”. “Muchísimas gracias por tan excelente servicio. Que tengan un buen día.”No olvidemos dejar o agregar a la cuenta lo correspondiente a la propina, según se acostumbre en el país en que nos encontremos.