MIAMI (AP).- Supo ser el entrenador del tan querido delfín televisivo Flipper. Hoy, Ric O’Barry es un conocido activista de la causa contra el cautiverio de los delfines y cree que su lucha está finalmente dando resultado.
Funcionarios públicos de todo Estados Unidos están abrazando la defensa de los mamíferos marinos, incluidos delfines. En noviembre pasado, la junta de supervisores de San Francisco aprobó una resolución que afirma que las ballenas y los delfines tienen derecho a no vivir en cautiverio, y el concejo municipal de Malibú, en California, emitió una proclama en febrero según la cual tanto ballenas como delfines “tienen derecho a su libertad”.
“¡Se confirma que tenía razón!”, expresa O’Barry, de 75 años, en su hogar de South Miami. “Me tomó 50 años, pero finalmente lo comprendieron. No deben vivir en cautiverio y lo están admitiendo”.
Luego de entrenar a Flipper, el protagonista de la popular serie del mismo nombre, en la década de 1960, O’Barry se dedicó a la defensa de los delfines en cautiverio y apareció en el documental “The Cove” de 2009, que muestra la matanza de esos animales en Japón. Sus métodos y su activismo en general generan malestar en empresas que explotan a los delfines, ya que son un espectáculo popular y lucrativo. Pero tras la difusión de “The Cove” y el documental “Blackfish”, sobre las orcas en acuarios, parece que la campaña está ganando adeptos.
El Acuario Nacional de Baltimore anunció el año pasado que analiza la probabilidad de crear un santuario en el océano donde puedan vivir sus ocho delfines.
O’Barry, no obstante, sigue siendo considerado por muchos un extremista en una industria que se pregunta por qué delfines saludables, con entrenadores que los atienden, necesitan un santuario.
“No estoy tan segura de que cuando alguien dice que hay que retirar a un delfín esté velando por su salud mental y física”, expresa Rita Irwin, presidenta electa de la Alianza de Acuarios y Parques de Mamíferos Marinos, que abarca a unos 60 parques, zoológicos y acuarios marinos en todo el mundo.
Rita es además la directora ejecutiva del Centro de Investigaciones de los Delfines con sede en los Cayos de la Florida y que en la década de 1990 asumió la custodia de un delfín que O’Barry liberó. El centro sostuvo que el delfín estaba malnutrido, mientras que O’Barry afirmó que su salud era buena.
Rita y O’Barry coinciden, no obstante, en que muchos delfines en cautiverio no deben ser liberados porque están acostumbrados a que sus necesidades sean atendidas por los humanos y no sabrían valerse por sí mismos.
O’Barry no siempre promovió la liberación de los delfines. Alguna vez ayudó a capturarlos y entrenarlos, cuando trabajaba para el Acuario Marino de Miami, donde se grabó “Flipper”. Cambió de parecer cuando, una vez concluida la serie, uno de los delfines enfermó en un tanque de acero y falleció en sus brazos. A raíz de eso se dedicó por décadas a emprender acciones de desobediencia civil, campañas de prensa y militancia a través de su organización independiente DolphinProject.net.
O’Barry afirma que los delfines en cautiverio no tienen valor educativo alguno porque lo que hacen allí no tiene nada que ver con lo que hacen en el océano. Los visitantes sólo ven a delfines aparentemente juguetones sin comprender el daño que les causan al confinar en espacios reducidos a animales que recurren a la ecolocación para experimentar el ambiente.”Hay música, es tu día de descanso, llevas a tu familia, el día está soleado, el agua es hermosa, de un rebosante azul mágico y pareciera que los delfines te sonríen. ¿Cuál es el problema? A menos que le pegues al delfín con un bate, no ves la ilusión óptica que veo yo”, advierte O’Barry.
El ex entrenador quiere que los delfines que pueden vivir en su ambiente natural sean liberados y los que no sean reubicados en sitios cerrados en aguas marinas, donde estarán protegidos de depredadores y se evitará que se reproduzcan, a fin de que no nazcan más delfines en cautiverio. Se siente alentado porque algunas instituciones que tienen delfines en cautiverio están empezando a ver las cosas como él.
El Acuario Nacional de Baltimore suspendió las presentaciones de delfines hace dos años y en su lugar permite a los visitantes ver a los entrenadores trabajando con los delfines durante el día. O’Barry asegura que han ayudado a cambiar la opinión pública y le han permitido eliminar la culpa que llevaba encima por haber colaborado para que la gente le tomase el gusto a los delfines haciendo piruetas. “Ayudé a generar ese caos. Estaba haciendo lo que podía para ponerle fin a eso, abrumado por la culpa, pero ya no”.
Entrenador | Delfines
Ric O’Barry, el entrenador del Flipper, aboga por la liberación de los delfines.
Cambio
La generación de la posguerra creció viendo “Flipper” y las más recientes, “Liberen a Willy” y “The Cove”. “Nuestra audiencia evoluciona mucho y si aspiramos a seguir siendo relevantes tenemos que evolucionar también”, declara el director ejecutivo del Acuario Nacional, John Racanelli.
Renuentes
Otros espacios no se muestran tan dispuestos a cambiar y personas de la industria opinan que “Blackfish” y “The Cove” son pura propaganda.