LONDRES.- Cada persona tiene un estilo al correr, sea por su complexión física o las transformaciones que va sufriendo su cuerpo a medida que va creciendo.
La forma de los pies, el largo de las piernas, el peso y el balance general van a determinar de qué manera se corre. Pero más allá de esas diferencias hay un elemento común que interviene para hacerlo de la mejor manera: conocer bien las características del cuerpo.
El problema es que, como advierte Mike Antoniades, fundador y director de The Running School -centro dedicado al análisis biomecánico, condicionamiento y rehabilitación de corredores-, la mayoría de la personas comete errores de los que no está consciente porque considera que son algo natural.
“No es algo con lo que se nace (saber correr). Y, como cualquier habilidad, se puede enseñar”, asegura el especialista, a quien cita la BBC.
Consecuencias
El entrenador, que desarrolló una metodología para enseñar a correr eficiente y correctamente, considera que los corredores informales abusan de la capacidad de sus cuerpos, que les responden con síntomas de agotamiento y dolor.
Para Mike Antoniades, es esencial un mejoramiento de los movimientos biomecánicos enseñando al cuerpo y a la mente los patrones indicados, algo que se logra con la repetición de la acción.
El objetivo es que este movimiento termine por quedar integrado a los músculos y al cerebro, de manera que en adelante se eviten los problemas físicos.
De un vistazo
Lo más común
Entre los errores más comunes que se cometen al correr están rebotar mucho, alargar las zancadas, aterrizar muy fuertemente sobre los pies, no utilizar lo suficiente el tendón de la corva, no utilizar los brazos, girar el diafragma, mover el cuerpo de lado a lado mientras se corre, inclinar la cabeza y el tronco superior hacia adelante, o trotar más lentamente de lo que se podría caminar.