Claudia Canales
Como buenos comensales evitaremos cometer los siguientes errores:
Intentar quitar con nuestra lengua o enjuagando la boca con la bebida que tengamos algún trozo de alimento que se haya atorado entre los dientes. Lo más adecuado será usar un mondadientes o palillo de dientes, pero éste deberá usarse en privado, por ninguna circunstancia en la mesa frente a los demás comensales o a alguien más. Los mondadientes no se colocarán sobre la mesa; se solicitarán antes de pasar al tocador. No es agradable ver a alguien hurgarse los dientes frente a los demás comensales.
Oler, sorber, soplar o inclinarnos para ver los alimentos ni enfriarlos con la cuchara, sin importar si se trata de una sopa o un café u otro alimento caliente. Cuando los alimentos calientes se llevan a la mesa éstos conservan una temperatura adecuada para los comensales. Si sentimos con nuestros labios que están muy calientes aún esperemos unos momentos. Por el contrario, si un alimento o bebida se desea más caliente se podrá solicitar esto al mesero con anticipación para que no tenga que retirarlo(a) y volverlo(a) a traer.
Consumir los alimentos o bebidas deprisa o en forma muy lenta. Guardaremos los tiempos del anfitrión y los demás comensales.
Mostrar desagrado en caso de encontrarnos con algún alimento poco atractivo a nuestro paladar, vista o sentir. Por eso es importante contar con un menú para que podamos saber qué contienen los platillos, así podremos solicitar el cambio de alguno de ellos en caso de no ser de nuestro agrado o no podamos consumirlo por alergia u otra circunstancia.
Los invito muy cordialmente a que continúen con nosotros cada semana, pues nos estamos acercando al final de nuestro curso.