José Carlos Palacios (*)
Hola. Qué gusto me da que sigan enviando correos y despejando dudas acerca del mundo del vino y de las inquietudes que ustedes tienen, hoy quiero hablar sobre algo importante y serio: el consumo de vino.
Beber vino en México se está poniendo de moda, pero como decía un amigo y colega, amante del vino René Rentería “el vino es goce, no pose”, con ese motivo hoy voy a escribir sobre el consumo de vinos en diferentes restaurantes y unos números que van en franco crecimiento.
Si nos remitimos al consumo per cápita en todo el país, este sólo llega o alcanza a cifras un poco desalentadoras, el mexicano promedio bebe 0.55 litros, comparados con los 20 litros que tiene por ejemplo Argentina.
El Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV) estima que en esta década (2010 /2020) planean pasar de consumir 70 millones de litros al año, a 200 millones de litros, y en eso estamos, en todos los restaurantes, en tiendas especializadas, en nuestros lugares de trabajo dando a conocer en todo momento los beneficios de este maravilloso elixir.
Esta industria del vino en México está integrada por más de 100 bodegas y productores de uva para vino, ubicados en las diferentes zonas vitivinícolas, casi el 90% se encuentra al norte en Baja California (Ensenada, Valle de Santo Tomás, San Antonio de Las Minas) y el resto en los estados de Coahuila (Parras), Querétaro (Ezequiel Montes), Zacatecas, Guanajuato y Aguascalientes, y quiero sumar un nuevo emprendimiento de un estado que apuesta a la biodiversidad y comienza sus primeros pasos en el vino, que es Campeche (sí, leyó bien), donde se está trabajando en un tipo de vitis vinífera ahora en plan experimental, para vinos de mesa, en un rancho llamado Santa Genoveva, en el centro de esa entidad.
Yo considero que habría que apostarle a su crecimiento, ya que los terrenos donde se plantan los prototipos de experimentación, tienen algunas (no todas) las condiciones para elaborar vino.La industria del vino crece de manera exponencial, su consumo se asocia a beneficios muy buenos para la salud, que podemos consumirlo solo o con alimentos, pero con medida, saber medirse es la clave de saber tomar.A la hora de escoger un vino, piense además en cuantas manos pasan por ese proceso, los trabajadores del campo, que todo el año cuidan el fruto para poder brindar mayor calidad, el enólogo que busca la perfección en cada copa o botella de vino, los propietarios que arriesgan capital y nosotros los que damos a promover el vino a lo largo y a lo ancho de la República Mexicana. Me despido por hoy, y recuerden beber es placentero, beber es vivir, pero beber sin exceso.
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(*) Integrante de la Asociación Mexicana del Sommelier. Correo: maestrodevinos@hotmail.com.