Quantcast
Channel: El Diario de YucatánCalidad de vida – El Diario de Yucatán
Viewing all articles
Browse latest Browse all 9499

El inglés derrotó al alemán como idioma de la ciencia

$
0
0

Su ascenso es un resultado de la Guerra Mundial

LONDRES.— Permafrost, oxígeno, hidrógeno. Apenas son tres ejemplos de términos científicos que tienen sus orígenes en el ruso, el griego y el francés.
Hoy en día, si un científico acuña un nuevo término probablemente lo hace en inglés. Y si va a publicar sobre nuevos descubrimientos, definitivamente el idioma escogido es el de Shakespeare.
Sin embargo, no siempre fue así, reporta la BBC.
“Si uno viviera en 1900 y alguien le dijera: ‘Adivine cuál será el lenguaje universal de la ciencia en el año 2000′ lo primero que haría es reírse”, dice Michael Gordin, historiador de ciencia de la Universidad de Princeton.
“Sería obvio que ningún idioma sería ‘el lenguaje de la ciencia’. La respuesta sería una mezcla de francés, alemán e inglés”, señala el experto, quien en su libro “Scientific Babel (La Babel científica)” explora la historia del lenguaje y la ciencia.
Cuenta que a principios del siglo pasado el inglés estaba lejos de ser el idioma dominante en ese ámbito. Ese lugar lo tenía el alemán.
“La historia del siglo XX no es tanto sobre el surgimiento del inglés sino más bien sobre el colapso del alemán como lenguaje de comunicación científica”, indica.
¿Y el latín?
Uno podría pensar que realmente el latín es el merecedor del título. Después de todo, durante muchos años fue el medio de comunicación en Europa occidental, desde finales del Medioevo hasta mediados del siglo XVII. Pero luego empezó la fractura.
El latín pasó a ser una de las muchas lenguas en las que se practicaba la ciencia. La primera persona en publicar extensivamente en su lengua nativa, según Gordin, fue Galileo Galilei.
El físico, matemático, ingeniero, astrónomo y filósofo del Renacimiento escribió en italiano y después fue traducido al latín para que más científicos lo pudieran leer.
Para el siglo XX, la costumbre básicamente era que un tercio de los estudios científicos se publicaban en inglés, otro tercio, en francés, y el otro, en alemán. Todo fluctuaba dependiendo del campo específico, y los alemanes predominaban en varios.
Además, el latín seguía presente en algunas disciplinas.
Entonces, ¿cómo llegó el inglés a ganar en el reino de la ciencia? “El primer golpe fuerte al sistema fue la Primera Guerra Mundial, que tuvo dos grandes consecuencias”, responde Gordin.
Tras la llamada Gran Guerra, los científicos belgas, franceses y británicos organizaron un boicot contra los de Alemania y Austria. Les bloquearon la participación en conferencias e impidieron que publicaran en las revistas científicas que veían la luz en Europa occidental.
Y fue precisamente en ese momento de la Historia, relata el experto, cuando se establecieron organizaciones internacionales que gobiernan la ciencia, como la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada. Esas nuevas instituciones empezaron a funcionar en inglés y francés. El alemán, que había sido el lenguaje dominante de la Química, fue eliminado.
Criminalizado
El segundo efecto de la Primera Guerra Mundial tuvo lugar en Estados Unidos.
Cuando los estadounidenses entraron en la guerra en 1917 se desató una ola de sentimiento antialemán en todo el país. “Algo que a menudo se olvida es que en ese momento en grandes partes de Estados Unidos se hablaba alemán”, indica Gordin.
En Ohio, Wisconsin y Minnesota había muchos germanoparlantes. La Gran Guerra cambió todo. El alemán fue criminalizado en 23 estados.
La Corte Suprema revocó esas leyes en 1923, pero durante años rigieron en todo Estados Unidos.
Lo que lograron, según Gordin, fue diezmar el aprendizaje de idiomas extranjeros en el país. “En 1915 los estadounidenses enseñaban y aprendían lenguas extranjeras al mismo nivel que los europeos. Después de que entraron en vigor esas leyes la educación en ese campo cayó masivamente. El aislacionismo se disparó en los años 20, incluso luego de que se revocaran las leyes, y eso implicó que la gente no le prestaba atención a lo que pasaba en francés ni en alemán”.
Eso resultó en una generación de científicos que tuvieron un contacto con idiomas extranjeros muy limitado. Y ése, además, fue el momento en el que la comunidad científica estadounidense empezó a dominar el mundo.
“Así, terminamos con un grupo de gente que no hablaba otros idiomas en un momento en el que las cosas más interesantes desde su punto de vista están sucediendo en inglés”.
“Para después de la Segunda Guerra Mundial lo que queda es una comunidad científica muy centrada en Estados Unidos y, por ende, en el inglés”.
Según Gordin, la evidencia de esta historia está incrustada en los términos científicos. Un ejemplo es la palabra oxígeno. Nació en la década de 1770, cuando químicos franceses desarrollaron una nueva teoría sobre la combustión.
Para sus experimentos científicos necesitaban un nuevo término para una nueva noción de un elemento que estaban construyendo. “Escogieron el término ‘oxígeno’ del griego para ‘ácido’ y ‘productor’, pues tenían la teoría de que el oxígeno es la sustancia que hace los ácidos”.
“Estaban errados, pero ésa fue la palabra que crearon los franceses basándose en el griego, lo que indica que los científicos europeos de ese período tenían una educación clásica muy buena”.
Los ingleses la adoptaron pero los alemanes no. Ellos hicieron su propia versión de la palabra traduciendo cada parte, de manera que quedó “sauerstoff” o sustancia ácida.
“En ciertos momentos surgían palabras y la tendencia de los alemanes era tomar los términos del francés e inglés y traducirlos. Hoy en día eso no se hace. Términos como ‘online’, ‘transistor’ o ‘microchip’ sencillamente se toman del inglés para todos”.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 9499

Trending Articles