Hace unos días festejé mi cumpleaños. Compartí una rica cena entre amigas, disfruté en familia con mis hijos y esposo, también con mis padres y hermanos, y traté de analizar por qué en esta ocasión mi cumpleaños lo viví con tanta alegría externa e interna y encontré lo que a continuación les comparto.
El año pasado por estas fechas tenía la misma familia, los mismos padres, el mismo trabajo, las mismas amigas, las mismas responsabilidades; mis circunstancias en general eran muy similares a las actuales. Pero no me sentía feliz. Antes me despertaba agobiada pensando en todo lo que tenía que hacer, ahora me despierto feliz porque tengo un día más de vida. Antes me molestaba porque los demás no actuaban como yo esperaba, ahora pienso que si actúan de una u otra forma no es para molestarme sino porque así son o algo les ha sucedido y me tocó estar ahí no para enojarme sino para apoyar; antes me iba al trabajo y pensaba en lo que no me gustaba del lugar o de los compañeros de trabajo y de aquello que me encargaron y no me “tocaba”, ahora voy al trabajo y pienso que es una fuente de ingresos, que me estoy desarrollando profesionalmente y la exigencia me ayuda a conocer mis propias capacidades y también mis límites. Antes pensaba que estaba muerta para pasar un rato con mis amigas, ahora aprovecho esos momentos para cargar pilas con su amistad, su cariño, sus bromas y he logrado estrechar mis vínculos con ellas.
Antes me fijaba en los errores de mi esposo, hijos o familiares en general, ahora al final del día agradezco contar con una familia, con esos seres especiales con los que comparto el aprendizaje de la vida y que juntos vamos haciéndonos mejores personas, a veces con tropiezos pero con mucho amor.
Mi cumpleaños pasado recuerdo haber llorado y, desesperada, haberle pedido a Dios que todo cambiara y este año me he dado cuenta que la que ha empezado a cambiar soy yo. Le agradezco a Dios por la vida y espero poder aprovechar este don al máximo.- Patsi.- Si tienes un testimonio para compartir comunícate con Ana María al teléfono 944-96-73 o escribe al correo electrónico testimonios _de_vida@hotmail.com.