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Por una política humana

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Autor: José Ricardo Marchand Aguilar (*)

No es novedad que el papa Francisco haya causado sensación entre todas las denominaciones religiosas (y especialmente las cristianas) a partir de sus acciones fuertes y precisas, simbólicas y sinceras hacia todos por igual.

Indudablemente es una figura emblemática, alguien a quien considerar. ¿Y qué tiene que ver esto con la política? Pues pequeños detalles donde el Diablo se esconde y donde olvidamos que Dios está en los principios. El Papa hace política, pero una política humana, casi irreconocible, totalmente distinta a la que llevan nuestros gobernantes. Es el gobierno en beneficio de los abandonados, los perseguidos y oprimidos.

Una política que se acerca y convive con todos por igual, sean los trabajadores de aseo o diplomáticos (aunque ciertamente se mira con más cariño a los que hacen la limpieza), una política que recuerda que se debe buscar el gobernar con humildad, sencillez, amor e incluso ternura.

Pero nuestros gobernantes han oído y no pueden entender, han visto y no pueden comprender. Porque para ellos la política se hace de una manera, no se puede despegar de la suciedad y el escándalo, no puede permitirse el respeto y mucho menos el “rebajarse”. Las comparaciones no son menos, sino incluso bastante pronunciadas. Mientras que el Papa hace más transparente la Banca del Vaticano, nuestros políticos nos enredan más con normativas fiscales; el Papa persigue a los pederastas y a todos los malos pastores, el gobierno premia a los gobernantes astutos como serpientes y los blinda de persecuciones; Francisco es honesto con los errores de su Iglesia y el gobierno no deja de darse viajes nostálgicos a las épocas de “gloria” y “respeto” a la figura presidencial, ni la menor autocrítica.Y es que no hay alternativa, uno no puede querer el bien y el dinero. O se escoge el bien y se acepta que el dinero vendrá a su tiempo o se vende el alma al ídolo que no tiene para cuándo saciarse.

Es por eso que, tristemente, mientras ese hombre de blanco, ya visto como torpe e ilusorio por muchos, está haciendo un mundo mejor en nuestro país los políticos cavan delicadamente su tumba subyugando a su pueblo.

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*) Licenciado en Derecho.


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