MÉXICO.- En los últimos 50 años el mundo ha obtenido el mayor conocimiento de su entorno gracias a los avances de la tecnología y a la exploración espacial, asegura el investigador Jaime Urrutia Fucugauchi, del Instituto de Geofísica de la UNAM.
En el marco del 45o. aniversario de la llegada del hombre a la Luna, que se cumplió anteayer, el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias recuerda que el 90 por ciento de los exoplanetas que se conocen en la actualidad fueron descubiertos en los últimos 10 años gracias en gran medida a la misión Kepler.
La misión la ejecutó un satélite que fue lanzado al espacio en 2009 y orbitó alrededor del Sol cuatro años buscando planetas parecidos al nuestro. Estudió 150 mil estrellas, lo cual permitió el descubrimiento de al menos 715 exoplanetas entre 2009 y 2011, lo que revela “la forma acelerada en que ha ido creciendo nuestro conocimiento”.
El investigador asegura que, gracias a todo lo descubierto, hay ahora una clara evidencia de un número importante de los tres tipos de exoplanetas: los gigantes de gas, las calientes supertierras en órbitas cortas de época y los gigantes de hielo.
El desafío ahora es encontrar planetas terrestres (es decir, aquéllos que son de la mitad a dos veces el tamaño de la Tierra), especialmente los de la “zona habitable” de sus estrellas, que es en los cuales podría existir agua líquida en la superficie.
Y todo comenzó con el lanzamiento al espacio del primer satélite artificial, el Sputnik I, que fue puesto en órbita en 1957 y marcó el inicio de una nueva era en la observación de la Tierra.
Jaime Urrutia destaca que en los últimos años se ha pasado del conocimiento básico de las primeras cuatro lunas de Júpiter, que fueron descubiertas por Galileo Galilei en 1610, al de las 146 que hoy se conocen en todo el Sistema Solar.
Lo anterior ha sido posible con los sistemas de investigación satelital que se mantienen en órbita, como el Telescopio Espacial Hubble.
“Esto muestra por un lado el avance que tenemos en la exploración planetaria, pero por otro nos señala las dificultades que hay para mapear incluso la presencia de satélites dentro de nuestro Sistema Solar, que es el entorno más cercano que podemos investigar”, dice Urrutia.
“El reto sigue siendo muy fuerte”, subraya.
Un pequeño paso…
Ayer, la NASA rindió homenaje a uno de sus más famosos astronautas al asignar su nombre a un edificio histórico del Centro Espacial Kennedy en Florida.
Ahora, el edificio de Operaciones y Salidas lleva el nombre de Neil Armstrong, el primer hombre que caminó en la Luna cuando el Apolo 11 descendió en el satélite.
Armstrong, quien murió en 2012, fue recordado en la ceremonia no sólo como astronauta, sino también como ingeniero aeroespacial, piloto de pruebas y profesor.