La mayor satisfacción “es dar esperanza”, dice el canónigo Ignacio Kemp Lozano al referirse a los 28 años del Centro de Rehabilitación para Alcohólicos Cottolengo, en el que se efectuará este sábado 15 el Desayuno de Primavera a beneficio de la obra que fundó con las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.
El sacerdote, quien es director de Cottolengo, recuerda que no se cobra por la atención dada a las personas alcohólicas.
El centro de rehabilitación se sostiene con donativos, lo que se recauda con la celebración de eventos a beneficio y con el favor de la Divina Providencia, que “siempre ayuda al que ayuda”.
Una de las actividades a beneficio de Cottolengo es el Desayuno de Primavera, que este sábado comenzará a las 8:30 en el comedor del centro, en Periférico Norte, entre las carreteras a Chichí Suárez y Tizimín. Donativo de $170.
El canónigo Kemp Lozano indica que los asistentes a la actividad no sólo se divierten, sino que también ayudan, conocen la obra y reflexionan sobre la terrible enfermedad del alcoholismo.
Casos en aumento
El sacerdote precisa que Cottolengo tiene 100 huéspedes. “Cuando inició la obra recibía alcohólicos puros. Ahora ya no son alcohólicos puros sino alcohólicos y drogadictos. Es raro que sean alcohólicos puros”, explica.
El alcoholismo es una enfermedad que afecta cada día más a las mujeres y “en la juventud mucho más, porque los medios de comunicación incitan a los niños nada más con ver sus anuncios”.
“En un partido de fútbol vez veinte anuncios y se te queda. Incita a los niños”.
El sacerdote considera que todas las desgracias que se viven en el mundo proceden del alcoholismo: suicidios, enfermedades, pleitos, divorcios…
“La información es la mejor forma de prevenir esta enfermedad”, asegura.
Cottolengo, añade el director, es la única institución en México y el extranjero que desde que sus inicios no cobra a los huéspedes en los 9 meses que les ofrece atención. “Todo es por donativos. Hay gente que nos regala pan, costales de frijol, carnes, entre otras cosas”.
“El que ayuda, Dios lo ayudará y el que da, Dios le dará más”, puntualiza.
El padre Kemp añade que la mayor satisfacción en los 28 años de la obra ha sido “dar esperanza” de vida a familias, esposas y madres que no saben a dónde llevar a su familiar alcohólico.
Cottolengo, continúa, es una esperanza no sólo para la gente del Sureste, ya que se han recibido también a personas de España. “Yucatán fue privilegiado por Dios” para contar con esta obra, que ha apoyado a 6,900 personas en 28 años.- Claudia Sierra
Cottolengo | Datos
El centro de rehabilitación necesita ayuda de la comunidad todo el año.
Comida
Lo que se recaude en el desayuno se destinará a la compra de alimentos para los huéspedes, que comen tres veces al día, recuerda el canónigo Ignacio Kemp.
Tratamiento
El programa de rehabilitación tiene duración de 9 meses en las instalaciones del centro. Al salir de Cottolengo, la persona lo continúa en grupos de Alcohólicos Anónimos. “Es un programa de vida y de por vida”, como cuando se atienden enfermedades como la diabetes, que es para siempre.