Ser Padres
Rebeca Vences
Hola Rebeca: Hace poco llevé a mi hijo de 14 años a una plaza pues iba a verse con sus amigos, le comenté que yo también había quedado de tomar café con mis amigas en otro lugar de la misma plaza y me dio gusto pues así no estaría con el pendiente y nos regresaríamos juntos. Me miró como con odio y dijo que le daba vergüenza que sus amigos me vieran ahí. ¿Qué sucede? ¡Yo creí que nos llevábamos bien! ¿Estoy haciendo algo mal?.- Paty.
Hola Paty, esta situación pone a los papás y mamás ante una situación como la que describes: crees estar cerca de tus hijos, es más sientes que están compartiendo gustos, en este caso, la plaza a la que fueron cada quien con sus amigos o tal vez el cine o algún otro lugar de esparcimiento familiar y de repente ellos reaccionan y te dejan fría.
No sabes qué pensar, qué sentir, tal vez tu impulso es enojarte y decirle cosas hirientes, para que sienta lo mismo que tú o dudas con respecto a si hiciste algo que lo hiciera sentir mal.
Esta situación de ambivalencia en los sentimientos (es decir: amas y odias al mismo tiempo) hace que te sientas culpable, empiezas a recordar el día en que lo regañaste sin razón real o cuando te quiso platicar algo y le dijiste que más tarde porque estabas muy ocupada y crees que por esas razones tu hijo está reaccionando de esa manera… Tranquila, aunque se sienta feo, esta actitud es muy común en los jóvenes adolescentes y no siempre tiene qué ver con actitudes que tú hayas adoptado previamente, te platico la razón.
Referente infantil
De niños, los hijos buscan un referente, alguien a quien parecerse y lo más cercano que tienen es a mamá y papá, es por eso que las niñas pequeñas se maquillan y se ponen los tacones de mamá o los niños quieren afeitarse y agarran el portafolios de papá o de la figura materna o paterna más cercana (por ejemplo, si eres mamá soltera y tienes hijo varón, puede ser tu hermano o tu papá).
Cuando llegan a la adolescencia, buscan diferenciarse de sus padres de una forma radical: si les dices que la camisa azul les queda mejor, ellos prefieren la verde y parece que en todo momento están en contra de lo que tú piensas o sugieres.
Adicionalmente, buscan en otras personas o familias a su ideal y hacen comentarios como: por qué tú no eres tan divertida como la mamá de…? El papá de … tiene un auto más bonito que el tuyo, entre otras acotaciones que te remiten al sentimiento ambivalente del que hablamos y hacen que te cuestiones si los papás de sus amigos son mejores o peores que tú, incluso, hay quienes empiezan a competir con los otros papás sin que exista una razón para ello, tan sólo un comentario favorable de sus propios hijos en beneficio de los otros adultos.
La búsqueda de diferenciarse es básica porque les ayuda a encontrar su verdadera identidad, justo cuando se empiezan a cuestionar ¿quién soy? ¿de dónde vengo? ¿qué quiero ser de grande? es cuando empiezan a tomar cierta distancia de sus padres: los cuestionan porque tienen una necesidad imperiosa de ser diferente a lo que tienen en casa y esta es la actitud psíquicamente más sana que un hijo debería asumir ya que sólo así podrá responder, en su momento, si efectivamente va a estudiar lo mismo que tú o lo contrario, si va a continuar con el negocio familiar o no, es decir, es justamente lo que va a permitirle cuando sea mayor, separarse emocionalmente de ti y ser un adulto responsable.
Si tienes alguna duda sobre el ser papá o mamá, envíala con un seudónimo a serpadresmerida@gmail.com o pide una cita al Tel. 317-59-17
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