
José Carlos Palacios Sommelier
¿Qué tal amigos? Últimamente, por mi trabajo, he estado viajando por toda la República Mexicana para hacer catas de vinos y asesorar a restauranteros y hoteleros de todo México y en países limítrofes.
Llevar siempre este mensaje de conocer el mundo de los vinos me da una gran satisfacción, pero comienza a suceder algo distinto al probar vinos en diferentes partes, y tiene algo que ver con la orografía de los lugares, ya que no es lo mismo beber una copa de vino a nivel del mar que beberla en, por ejemplo, Ciudad de México, que está a 2,600 metros de altura; la presión y la poca cantidad de oxígeno que hay a determinada altura hace que los vinos sepan diferente. La cuestión es cómo resolver este tema, ya que puede afectar en el aroma y en el sabor de la bebida.
Estos viajes en avión en la semana y visitar determinadas ciudades me ha causado un ligero cambio en la intensidad del sabor; espero que en próximas ediciones, algún médico me pueda apoyar a resolver este dilema.
Y aprovechando estos viajes, los aeropuertos se han convertido en una suerte de oficina, y leyendo correos, me encuentro con uno muy amable donde me preguntan qué cantidad de vino deben de tomar las personas de la tercera edad, para estar en un óptimo estado de salud.
La ingesta de vinos se reduce para nuestros adultos mayores a dos copas al día, o una copa para las mujeres, siempre hablando de tintos, vinos suaves o con algo de textura, como un buen tinto Cabernet Sauvignon o un Malbec; eso le aportará una mejor calidad de vida, donde es vital estar saludable. Las dos copas de vino tinto equivalen a 127 calorías, la circulación sanguínea sería mucho mejor, el riesgo de contraer alguna enfermedad de tipo cerebro vascular se reduce en un 30% y además evitas correr riesgos de padecer Alzheimer.
Fomentar el hábito de tomar vino desde la juventud contribuye a que tanto hombres como mujeres crezcan sanos y con menores riesgos de enfermedades cardíacas. Tomar una copa de vino tinto hace que se pueda sentir una sensación de relajación, de poder dejar atrás todos esos problemas que aportan al estrés y poder así estar más a gusto.
Recuerden que el vino une amistades y también hace que puedan relajarse, además de ser un excelente antioxidante y tener una piel elástica, tersa y sedosa, eso, para los de la tercera edad y para los que no lo son suena como una noticia excelente ya que las hormonas que contiene el tanino, hace que uno se sienta relajado y saludable.
Quiero dejar dos recomendaciones de vinos para este fin de semana: ¿qué tal si quiere sorprender a su pareja y a usted mismo con un buen Syrah? Con caracteres especiados, es el ideal para comidas con algo de condimentación, si son mexicanos, mucho mejor; y el segundo vino es un Malbec de Argentina, con buena fruta y aromas excelentes, buena carnosidad en boca, y con eso me refiero a la textura que se queda en boca cuando probamos el vino; muchas veces la gente confunde el “cuerpo” del vino con el ligero movimiento de una copa al servirse el vino; bien, el famoso cuerpo del vino se mide en la boca y no con solo mirar el giro de la copa de vino; lo que vemos en la copa es la viscosidad aparente, o la glicerina que queda adherida en la copa, y como dice un colega sommelier, “el vino es goce, no pose”, ¡hasta la próxima semana!.