Paciencia y mucho cariño se deben ofrecer a las personas en su vejez
Hoy hablaremos sobre cortesía hacia los adultos mayores. No olvidemos que nosotros también algún día llegaremos a ser adultos mayores y nuestras capacidades ya no serán las mismas que ahora tenemos, no podremos comer las mismas cosas, ni podremos caminar bien, escuchar, ver o hablar claramente, ya no podremos valernos por nosotros mismos y necesitaremos de nuevo de la ayuda de alguien como cuando éramos pequeños.
También queremos que se nos trate con mucho amor, amabilidad, paciencia y respeto y por qué no, que se nos admire o sientan orgullo de todo lo que hicimos y logramos. Tratemos a los demás como queremos que se nos trate a nosotros mismos hoy y en un futuro. No omitamos jamás el respeto, amor y admiración hacia los adultos mayores.
Comprendamos que ellos ya han dejado los mejores años de su vida estudiando, trabajando, formando familias, escuelas, empresas, negocios, dejando en sí un gran legado para todos nosotros y las siguientes generaciones.
Sepamos agradecérselos con amor y respeto.
Permitámosles hablar y contarnos todas su buenas y malas experiencias, son un verdadero tesoro para las nuevas generaciones, que en ocasiones creen saberlo todo.
Démosles la razón cuando nos quieran corregir, pues sus palabras estarán siempre llenas de sabiduría y amor.
Dejémoslos revivir su pasado cuando deseen reunirse con familiares o amigos de su juventud.
No les reprochemos cuando repitan una y otra vez sus historias, necesitan revivir esos momentos de felicidad o tristeza para sentir que aún son alguien en esta vida.
No los alejemos de sus cosas, pues con mucho sacrificio lograron obtenerlas y están llenas de bellos recuerdos y satisfacciones para ellos, son parte de ellos, de su vida y tienen todo el derecho de tenerlas.
No los reprimamos cuando ya no puedan hacer las cosas bien, no nos desesperemos con sus imposibilidades, son como niños pequeños que necesitan de nuestra ayuda así como nosotros de pequeños la necesitamos de ellos y con todo su amor nos la brindaron.
Dales un lugar especial en tu mesa, en tu casa, en tu automóvil, pero sobre todo en tu vida, no olvides que ellos fueron los que te dieron la vida, te educaron y formaron para ser un buen ser humano, hijo, hermano, amigo, esposo y padre. Tenles paciencia al verlos envejecer, así como ellos la tuvieron contigo al verte crecer. Sé amable, cordial, respetuoso y amoroso, hónralos, así como tu querrás que tus hijos lo hagan y sean contigo llegado el momento de tu vejez.
Dales ese ejemplo a tus hijos, para que deseen repetirlo con sus hijos y así las demás generaciones. No les reproches sus errores, porque ellos ya te han perdonado a ti todos los tuyos sin importar cuánto dolor les hayas causado. No los juzgues, pues tu no querrás ser juzgado.
Demuéstrales tu verdadero agradecimiento por todas sus muestras de sacrificio, paciencia, comprensión y amor a Ti.
1. Recordemos que quizás algún día llegaremos a ser adultos mayores y desearemos ser tratados con amor, amabilidad y respeto, tratemos a los demás como deseamos que nos traten en un futuro.
2. Demos el mejor ejemplo a nuestros hijos, no olvidemos que ellos aprenden de nosotros.
Contacta a la autora en etiquetaybm@gmail.com.
(*) Escritora
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