Ser Padres
Rebeca Vences
Esta colaboración semanal busca apoyarte en la gran experiencia de ser papá o mamá: es un espacio para ti, en donde puedes preguntar sobre su desarrollo, cómo hacer frente a una situación o cómo reaccionar ante aspectos que te desconciertan para que día a día disfrutes la maravilla de ser padres.
Hola Rebeca: Tengo un hijo de 16 años y mi hija recién cumplió 13, cada vez es más difícil acercarme a ellos. decían que la adolescencia era difícil, pero esto es demasiado, qué puedo hacer? Mamá Desesperada
Hola Mamá Desesperada, comentarios como “no entiendo a mi hijo”, “está insoportable”, “ya quiero que salga de la adolescencia”, “¿por qué no me hace caso?”, “no le puedo decir nada porque se enoja”, “un momento está contento y al otro se enfurece” y muchos más, son muy comunes en el caso de papás de hijos adolescentes.
Aunque parezca una contradicción, la adolescencia es una etapa hermosa, es cuando los seres humanos son más creativos, es cuando pueden volar, llegar a lo más alto y hacer realidad sus sueños, el problema es que requieren alguien que los guíe para poder hacerlo sin resultar lastimados.
La mejor guía siempre serán los padres, pero ¿cómo hacerlo cuando no saben cómo acercarse a sus hijos? ¿Cuando pasan todo el día intentando acercarse, pensando en muchos comentarios por hacerles que puedan indicarles el camino a seguir y cuando están frente a sus hijos no pueden evitar enojarse por alguna actitud o comentario y todo lo planeado cae por los suelos?
La manera más sencilla es ser completamente honestos: los adultos también fuimos adolescentes (algunos siguen siéndolo a pesar de tener más de 30 años), pasamos por momentos de angustia, de dolor, de emoción, de no saber qué hacer, hacia dónde ir, si estábamos con algún amigo, queríamos estar con nuestra familia, pero en cuanto llegábamos a casa, queríamos salir corriendo!!!
¿Recuerdas la primera vez que fuiste a un concierto o cuando te enamoraste de esa persona tan especial y tuviste un noviazgo “larguísimo” de dos semanas? ¿Cuando diste tu primer beso? ¿Sentiste las mariposas en el estómago? O ¿cuando fuiste al cine con esa chica que tanto te gustaba y en el momento oportuno estiraste los brazos y “casualmente” cayeron en sus hombros? O ¿cuando ese amigo te decepcionó y creíste que jamás podrías confiar en nadie más? O ¿la vergüenza que pasaste cuando el profesor te sorprendió haciendo corazones en la libreta y se la enseñó a todos los del salón?
El recordarte adolescente, el revivir esos momentos en que las emociones estaban a flor de piel exige un ejercicio de reflexión, en el que vas a volver a sentir cosas, en el que vas a sonreír y ¿por qué no? a reírte de ti mismo por la forma en que reaccionaste en tal o cual situación, sentirás nuevamente esa sensación de libertad, esas ansias de vivir, esa búsqueda por ser el o la mejor de todos. tal vez incluso esta sensación sea tan fuerte que te sientas con más energía o por el contrario, sientas que no has logrado mucho de lo que entonces te propusiste…
Justo cuando estés en ese momento es cuando podrás pensar con mayor claridad cómo acercarte a tu hijo, porque estarás reviviendo lo que ahora él o ella están pasando y podrás dejar de lado el enojo para permitirte abrazarlo, podrás bajarte del pedestal de adulto, de padre o madre que todo lo sabe y que debe indicar a su hijo lo que debe hacer.
Nadie dijo que ser padre o madre iba a ser fácil, pero si recuerdas tu propia experiencia, será más sencillo y gratificante.
Si tienes alguna duda sobre el ser papá o mamá, envíala con un seudónimo a serpadresmerida@gmail.com. Teléfono 317-59-17.
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