LONDRES.— Al mismo tiempo rodeado de un aire esotérico y pieza fundamental del guardarropa, el humilde jean sigue siendo una de las prendas más complejas y misteriosas de todos los tiempos; una que crea una conexión emocional con quien la lleva puesta.
“Es muy personal, por el carácter único del tinte… Una vez que lo usas, el jean parece adoptar su propia personalidad. Cada patrón es único para cada individuo. Es algo que te pones y que con el tiempo se moldea a tu cuerpo y toma tus características”, dice Kara Nicholas, de la firma Cone Denim en entrevista a la BBC.
La fábrica de Cone Denim de Carolina del Norte, que produce todos sus jeans y tiene una colección de telares de los años 40, celebró su 110 aniversario hace poco.
“Hay una profundidad y una dimensión que ocurren en esos telares”, dice Kara Nicholas, quien inició la moda de la “mezclilla auténtica” en los 80.
“Cuando la gente comenzó a coleccionar jeans de época hubo esta idea de tratar de emular o replicar esa autenticidad. Siempre buscamos en los jeans de finales del siglo XIX y comienzos del XX la inspiración, experimentando con diferentes hilos o diferentes fórmulas de teñido”, dice.
De los clásicos índigo a los acampanados, pasando por el fenómeno de pantalón súper ajustado (“de tubo” o “tubito”, según se le conoce en algunas partes, y que se atribuye a la diseñadora francesa Hedi Slimane en su paso por Dior Homme a principios de este siglo), los jeans han permanecido arraigados en la moda desde los años 50 en adelante.
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De un vistazo
El autor
Al comerciante alemán Levi Strauss se le acredita la copaternidad del blue jean, creado en 1873 en el marco de la Fiebre del Oro de California de un par de décadas antes.
Origen del nombre
En el año 1960 la compañía Levi’s reemplazó el término “overol” con el de jean en su publicidad y en sus empaques.