El Carmenere es una cepa emblemática de Chile que espera hasta el último minuto para ser cosechada porque así logra su máximo potencial y excelencia.
Su origen está en Francia, donde fue ampliamente cultivada a principios del siglo XIX en Burdeos. Pero en 1860, debido a la plaga de la filoxera, se extinguió de todas las viñas de Europa.
De acuerdo con información de la casa vinícola chilena Concha y Toro, a pesar de los intentos por recuperarla la cepa no se adaptó otra vez a Burdeos y desapareció del mundo… Al menos eso se creía, porque en 1994 fue redescubierta en Chile.
En ese país sudamericano el botánico Jean-Michel Boursiquot notó que algunas vides de Merlot tardaba más en madurar. Después de estudiarlas llegó a la conclusión de que era la variedad de Carmenere de Burdeos, que se había llevado en 1850 a Chile, donde se le había confundido con el Merlot.
Actualmente es, junto con el Cabernet Sauvignon, la cepa emblemática de Chile, cuya zona de Peumo es unos de los mejores territorios del mundo para producirla.
El Merlot se cosecha a principios de marzo; el Cabernet Sauvignon, a mediados de abril, y el Carmenere, a mediados de mayo. La mejor forma de saber si la uva está lista es probándola directamente de la hoja de parra: si al masticar la piel de los granos el sabor es sedoso, a notas de higo y frutas rojas, es momento de cosecharla.
Carmenere Producción
Concha y Toro produce vinos Carmenere maduros, con frutas rojas y negras, y suaves toques de higo.
Características
A diferencia del Syrah y el Cabernet Sauvignon, son vinos densos, jugosos, en el que no molestan los taninos. Es por eso que la cepa es muy cotizada.