WASHINGTON (Notimex).— La luz artificial permite a millones de personas en el mundo mantenerse despiertas hasta muy entrada la noche, pero el precio que los seres humanos podrían estar pagando por esa iluminación extra es la obesidad o el sobrepeso, de acuerdo con un nuevo estudio.
Este mundo ya no es gobernado por el Sol, como en las épocas en que las actividades cesaban al caer la noche. Ahora, la luz artificial hace que las personas permanezcan en vigilia hasta el amanecer, lo que altera su reloj biológico.
Aunque existe creciente evidencia de que las alteraciones en los hábitos del sueño influyen en la aparición de sobrepeso y obesidad, nueva investigación en ratones encontró que la exposición diaria y prolongada a la luz artificial inhibe la quema de grasa corporal. Científicos holandeses llevaron al cabo un estudio con roedores que mostró cómo el tejido adiposo de los animales, que también está presente en el cuerpo de las personas, se ve afectado por el aumento a la exposición de luz artificial.
Muchos mamíferos tienen dos tipos de tejidos que almacenan la grasa: el marrón y el blanco (que libera las reservas de energía para alimentar a otras células).
Por años, los investigadores han estudiado la forma de poner en acción a la grasa marrón (que produce el calor de la metabolización de su contenido) para estimular la pérdida de peso. Identificaron una proteína adrenérgica que, cuando se activa, estimula las células de grasa marrón para producir más calor y quemar más grasa.
Para poner a prueba la relación entre la exposición de la luz artificial y la actividad de la grasa marrón, los científicos expusieron a grupos de ratones a la iluminación artificial durante 12, 16 y 24 horas por día y vigilaron sus niveles de esa proteína.
Los especialistas también supervisaron la velocidad a la cual las moléculas de energía tales como glucosa y ácidos grasos se absorben en el torrente sanguíneo por la grasa marrón para probar si el tejido utilizaba menos energía.
Ambos indicadores mostraron la misma tendencia: los ratones expuestos a períodos más prolongados (16 o 24 horas) en comparación con el lapso de 12 absorben menos nutrientes de la sangre y queman menos grasa como resultado de la reducción de la proteína.
Para agravar el problema, las moléculas grasas que quedan en el torrente sanguíneo fueron absorbidas en otros lugares, a menudo en el tejido adiposo blanco, que forma la grasa corporal que causa obesidad, afirma Patrick Rensen, bioquímico de la Universidad de Leiden.
Como resultado, los ratones que recibieron los prolongados baños de luz obtuvieron entre 25 y 50 por ciento más grasa, a pesar de comer y caminar la misma cantidad que el grupo de 12 horas.
Luz Resultados
Los resultados fueron publicados en un artículo en la revista “Proceedings of the National Academy of Sciences”.
Porcentajes
En el estudio, los ratones que recibieron prolongados baños de luz (de 16 a 24 horas) obtuvieron entre 25 y 50% más grasa, a pesar de comer y caminar la misma cantidad que el grupo de 12 horas.