Aprendamos sobre la forma apropiada de presentar a nuestros familiares, amigos y/o compañeros de escuela o trabajo.
La persona que conoce a ambas partes será quien dirija la presentación. Como primer paso, tomemos en cuenta a la persona de mayor edad o de mayor rango, mencionando su nombre y actividad ejecutiva o relación que nos vincula; posteriormente mencionaremos el nombre y puesto ejecutivo o relación con la otra persona.
Podemos comentar algo que los identifique mejor a cada uno de ellos, como la actividad a la qué se dedica, qué le gusta, sobre qué temas le gusta platicar u otra información que podamos ofrecer. Eso lo haremos con la intención de que ambos puedan tener algún tema en común de conversación. Por ejemplo: “Enrique, tengo el gusto de presentarte al doctor Rodrigo Martínez, amigo de la familia, excelente jugador de ajedrez igual que tú”.
Durante la presentación ofreceremos nuestra mano en muestra de saludo. La postura deberá ser siempre recta y firme, hombros hacia atrás; nuestra mirada dirigida a la mirada de la otra persona ofreciendo una amable sonrisa, demostrando nuestro gusto o placer por conocerla.
El saludo de mano únicamente se ofrecerá sólo cuando ambas personas se encuentren de pie.
Al proporcionar nuestro nombre, será en un tono audible, sin gritar o hablar en secreto; daremos nuestro nombre completo, es decir, el nombre y nuestros apellidos. Primero el de la persona de mayor edad o mayor rango y posteriormente el de la otra persona. No lo realizaremos al mismo tiempo para no empalmar las frases. Se ofrecerá también una frase amable.
Al presentar se dirá: mi señor (a) esposo (a), nunca “mi mujer” o “mi hombre”, ni “mi vieja” o “mi viejo”; mi novio (a), mi tío, mi primo, mi amigo, mi compañero de escuela o de trabajo, etc.
En ninguna situación presentemos a una persona por su apodo o con un comentario vergonzoso de su persona, ni aun como broma.
Si ustedes son la persona que conoce a ambas partes entonces darán inicio a la presentación así: “Roberto, tengo el gusto de presentarte (le) al licenciado José Rodríguez, director del Área de Finanzas, quien gusta del golf igual que tú (usted).”
Al ser presentados ofreceremos una frase amable por el gusto de conocerlo. Por ejemplo, al proporcionar su nombre dirá: “Licenciado José Rodríguez, es un placer conocerlo”.
Otros ejemplos: “Me da mucho gusto conocerlo.” “Encantado de conocerlo”, “es un honor conocerlo”.Responderemos de igual manera en una forma cordial: “El placer es mío”, “el gusto es mío”, “el honor es mío”.
Siempre haremos lo posible en memorizar los rostros y sus nombres, de ser posible el rango oficial o la información extra ofrecida sobre la actividad a la que se dedica o sus gustos personales, pasatiempos o conversaciones. Nos ayudará a iniciar una conversación amena y agradable en caso de coincidir en algún momento de la reunión. Por supuesto será agradable y apreciado por nuestro interlocutor que recordemos su nombre, rango o temas de su agrado.- etiquetaybm@gmail.com
(*) Escritora