
NUEVA YORK (EFE).— Un cerezo plantado en la sede de las Naciones Unidas recuerda desde ayer el fin de la Segunda Guerra Mundial, hace 70 años, y simboliza los objetivos de paz y unidad con que se fundó la organización al término del conflicto.
“Plantando hoy (por ayer) este árbol recordamos a todos aquéllos que murieron y se sacrificaron defendiendo la misión establecida en la Carta de las Naciones Unidas y nos volvemos a comprometer con los objetivos e ideales fundacionales”, declaró el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
El diplomático coreano presidió la ceremonia en la que se refirió a los “valientes soldados de muchos países que murieron combatiendo el fascismo”, a las “millones de víctimas del Holocausto y de otros crímenes” durante la guerra y a las “decenas de millones de civiles que murieron sin saber por qué”.
“Estableciendo las Naciones Unidas hace 70 años, los fundadores plantaron las semillas de una organización que esperaban que llevase a la familia humana lejos del horror y hacia un futuro mejor”, señaló.
En su opinión, la ONU puede mirar atrás con orgullo por los logros conseguidos, pero también reconocer que ha habido muchos obstáculos en el camino y que el mundo está marcado por conflictos e inestabilidad. “Aún hay mucho camino por recorrer hasta que las semillas plantadas hace siete décadas florezcan en vidas de dignidad y paz para todos”.
También ayer Naciones Unidas celebró una sesión solemne por el aniversario del fin de la guerra, que abrió Sam Kutesa, presidente de la Asamblea General.
El funcionario dijo que el conflicto “fue un momento de atrocidades innombrables, de pérdida de la fe y de una humanidad devastada; hoy honramos a las innumerables víctimas que perdieron sus vidas en la guerra”.