Cada vez son más y más las cifras que alertan sobre el alcoholismo a nivel nacional. México se encuentra en el lugar número 10 de toda América Latina con 7.2 litros de consumo per cápita anual, mucho más arriba del promedio mundial que es de 6.2 litros por persona.
La penosa lista la encabeza Chile con 13 litros de consumo personal al año, seguido por Argentina con 9.4 litros por persona.
Para revertir las cosas, al menos en México hay que crear conciencia desde pequeños e inculcar en los niños una cultura del buen beber. Recuerdo a mi abuelo enseñarme a mis 9 o 10 años cómo son los colores de uno y otro vino, detectar olores, probar sólo unas gotas, ver cómo la glicerina se va escurriendo a través de las copas, lo que comúnmente se llaman lágrimas o piernas del vino. Además, recuerdo que sostenía una plática muy amena dando sus conocimientos y sentando las bases de lo que es actualmente el consumo responsable.
Consumir responsablemente es nada más y nada menos que saber cómo tomar, cuánto tomar y cuánto es la resistencia al alcohol o el grado de tolerancia al mismo. Pero, ¿cómo podemos medir eso? Es muy simple, lo vemos en las fiestas cuando los muchachos ya mayores de 18 años (y algún menor colado) toman y unos caen bajo los efectos duros del alcohol y otros siguen como si nada. Lo importante, y para no tener que estar regañando a nuestros hijos cada vez que llegan tomados a la casa, es sentarse con ellos y platicar sobre los beneficios del buen beber y los perjuicios que causa el exceso de alcohol.
Es triste leer en el periódico la cantidad de accidentes que produce tomar alcohol sin medida y los daños psicológicos que causa el mal beber.
Cuidado al tomar
Voy a poner un ejemplo simple: el famoso Perla Negra es un trago de moda y todo el mundo muere por tomarlo. Les cuento que es una bomba de tiempo, se mezcla un energizante a base de taurina y guaraná y un licor hecho a base de 56 hierbas llamado jaggermeister, de las cuales sólo conocemos 40. Se dice, y no está alejado de la realidad, que una de sus semillas es amapola, fuente de un narcótico por todos conocido, el opio. El concentrado de alcohol de este preparado llega mucho más rápido al sistema nervioso central a través de los energizantes y destruye las neuronas.
Éste es un tema amplio, espero sus correos para discutir mucho sobre él. Recuerden, ustedes como papás deben darle toda la confianza a sus hijos, platiquen mucho acerca del buen beber y verán los resultados. Hasta la próxima semana.