ROMA (EFE).— Se acabó la vergüenza de pedir las sobras en los restaurantes, al menos en Italia, donde por una iniciativa para combatir el desperdicio de alimentos lo que no se comió será entregado en elegantes y divertidas “doggy bag” de diseño.
La “doggy bag” —literalmente, “bolsa para el perro”— es algo muy habitual en muchos países, pero no en Italia. Según reciente informe de Coldiretti, la mayor asociación de agricultores del país, sólo un 33 por ciento de los italianos dice que no tiene problemas en pedir las sobras, pero en realidad sólo lo hace el 10 por ciento y de éstos, únicamente el 23 por ciento de forma habitual.
El motivo es simplemente la vergüenza de pedirlas.
Comieco, un consorcio de reciclaje de papel, y Slow Food, fundación italiana que defiende la biodiversidad y la buena alimentación, lanzan la iniciativa “Doggy Bag. Si sobro, cómeme”, por la que harán llegar bolsas de papel decoradas a 100 restaurantes participantes durante todo un semestre en la Exposición Internacional de Milán, que en esta edición se ocupa justamente de alimentación.
Esta semana, 75 restaurantes de Milán y la región de Lombardía se adhirieron a la propuesta y las propondrán a sus clientes, en espera de que la iniciativa se extienda por toda Italia. El proyecto consiste en sustituir el tradicional aluminio por una “doggy bag” reciclable, que después de cumplir su función inicial puede servir para otras cosas, como llevar la comida al trabajo.
Las bolsas fueron creadas por los diseñadores italianos Giulio Iacchetti, Matteo Ragni y Chiara Moreschi y dibujadas por Olimpia Zagnoli, Beppe Giacobbe y Guido Scarabottolo, quienes las hicieron estéticas, ergonómicas y funcionales. Tienen diferentes formas y tamaños, pues hay una versión para la botella de vino, y dibujos geométricos, colores vivos y viñetas divertidas.
Para el arquitecto Michele de Lucchi, “se trata de objetos que valen además por la cultura que transmiten”.