Este año se encuentra de moda una dieta que no se trata de un régimen vegetariano ni uno totalmente estricto, sino uno basado en la milenaria filosofía oriental que busca siempre encontrar el equilibrio.
La dieta macrobiótica se basa en el Ying y el Yang, y la comida siempre se debe elegir buscando ese equlibrio. Utilizar el sentido común a la hora de comer y darle al cuerpo lo que de verdad necesita.
Esta comida utiliza algas, por sus vitaminas y minerales, y semillas y frutos secos por sus grasas esenciales. Eso si, para los que quieran incursionar en este tipo de alimentación, no se aconseja comer proteínas animales, como leche, huevo o carne roja, sólo se permiten pequeñas cantidades de pescados y mariscos.
A pesar de las limitaciones, esta dieta nos permite preparar gran variedad de platillos muy distintos a los que estamos acostumbrados, por ejemplo un espagueti a las hierbas, una paella de verduras y una Jalea de manzanas dulces y de rosas.— Mario Ovies