Es muy agradable recibir una invitación de cualquier índole, para una cena en casa, para una boda, para una ceremonia religiosa o simplemente para reunirse con los amigos, de ahí que haya de invitaciones a invitaciones en función de la importancia del evento.
No es lo mismo invitar a una pachanga a las personas con las que tienes mucha confianza, que hacerlo a una cena de gala, o a una boda, a una toma de posesión.
Cuando se tiene confianza se puede invitar por teléfono o por correo electrónico, pero las invitaciones más formales se deben hacer por medio de una carta personalizada o una invitación impresa.
Desde el punto protocolario todas las invitaciones deben tener un contenido esencial que nos va a beneficiar a todos, tanto a los anfitriones como a los invitados, por ejemplo; la manera más fácil de llegar al sitio donde va a tener lugar el evento, como debemos ir vestidos, o si tenemos una mesa asignada.
El contenido de las invitaciones también varía mucho, pero en todas es necesario poner los siguiente:
El motivo de la invitación, el nombre de los organizadores, la fecha y la hora, donde se va a realizar, la dirección donde tendrá lugar la reunión, en nuestra casa, en el salón de un hotel, en una oficina; y si no es un lugar muy conocido, la invitación incluirá un mapa que indique cómo llegar.
Y especificar el vestuario adecuado para acudir al mismo, esto es importantísimo.
No hay nada más desagradable que llegar a una fiesta de rigurosa etiqueta, vestido de manera casual o informal sólo porque no se detallaba en la invitación.
Por eso es tan importante que la invitación contenga todos los datos arriba mencionados para no correr el riesgo de equivocarnos, de día, hora, lugar y atuendo.
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(*) Diplomada en protocolo y organización de eventos, y artista plástica. Correo: pvarases@msn.com
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