En Zamfara, al noroeste de Nigeria, Aisha Dannupawa tuvo que pedir a un tribunal de la Sharia -el cuerpo de Derecho Islámico- la disolución de su matrimonio, a la semana de estar casada con Ali Maizinari, debido a que, dijo, su esposo tenía el pene muy grande.
“Cuando tuvimos relaciones sexuales, la experiencia fue una pesadilla. En lugar de disfrutar el sexo lo sufrí porque su pene era demasiado grande”, dijo a la corte.
Después de su traumática experiencia, su madre intentó ayudarla con unos medicamentos para reducir el dolor y le dijo que debía soportar y que con el tiempo iba a ser capaz de hacerle frente a la situación… pero nada cambió, la pesadilla continuaba.
El marido no negó la acusación y le comentó a la corte que estaba dispuesto a disolver la unión, siempre y cuando le devuelvan todo el dinero que se gastó durante el noviazgo.