“Clarita, ¿has visto los audífonos de mi reproductor de música?”.
“No, Manuel… Buenos días… No los he visto. Ayer los traías colgando del cuello, pero no los he visto más. Oye, a propósito de oír, ¿por qué estás usando los audífonos cada vez más frecuentemente? Parece que ya olvidaste lo que nos ha dicho nuestro otorrino, el Dr. M., de que es riesgoso estar expuesto a ruidos, música estridente o incluso música “audible” pero a alto volumen o a través de los audífonos. ¿Que no ves que el sonido llega directamente al oído medio y al oído interno y poco a poco puedes ir perdiendo la capacidad auditiva? Bien dicen que los seres humanos, de seguir expuestos a tantas aberraciones, terminaremos sordos, ciegos y probablemente faltos de coherencia. Así que para que no termines sordo, trata de usar menos los audífonos que no sé dónde los dejaste. Ahora que si por mí fuera te los escondería porque no quiero un marido que no me escuche. A propósito, hoy es día de despensa, ¿me das para comprarla?”.
“¿Qué? No escucho”.
“¡Manuel!”.
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*) Otorrinolaringología de niños y adultos. Consultorio 423 de Star Médica. Teléfono 196-1514.