Mario Alberto del Villar Cervera (*)
“¡Buenos días, Manuel!”.
“Buenos días, Clarita. ¿Cómo amaneciste?”.
“Bien Manuel, pero fíjate que siento una molestia en los oídos, como si los tuviera tapados, como si me quisieran doler.”.
“Ay, mujer, te la pasaste ayer comiendo de esos cacahuates que vienen confitados y que son duros. Es muy probable que sean las articulaciones de tus mandíbulas. Por cierto, no te lo había dicho, pero de un tiempo a la fecha rechinas un poco tus dientes mientras duermes”.
“¡Manuel!, ¿qué estás diciendo? ¿Me observas mientras estoy dormida?”.”No, Clarita, sólo digo que haces ruidos al dormir”.
“Pues, la verdad, no lo sé; sólo sé que me molestan mis oídos”.
“En alguna ocasión nos comentó nuestro amigo el Dr. M. que es frecuente que las personas tengan molestias en los oídos cuando hay alguna inflamación, por abuso de su uso o por desgaste propio del tiempo en las mandíbulas”.
“¿Estás diciendo que se debe a mi edad, Manuel..?”.
“No, mi cielo, deben ser los cacahuatitos que no paraste de masticar..; pero, de cualquier manera, que lo demás te lo diga nuestro doctor. Yo, me curo en salud”.
“¡Manuel!”.
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*) Especialista en Otorrinolaringología de niños y adultos. Consultorio 423 de Star Médica. Teléfono 196-15-14.