LONDRES.- Hay algunas lecciones de Historia que nos advierten sobre los terribles efectos del frío extremo.
La BBC recuerda que Adolf Hitler invadió Rusia en 1941 para enfrentarse al inicio de un invierno en el Hemisferio Norte en que las temperaturas caían a niveles similares a lo que se ha visto recientemente en Estados Unidos.
Miles de soldados nazis murieron congelados mientras vestían los uniformes de verano para una supuesta campaña corta.
Los motores de los camiones y los tanques solamente podían ser descongelados encendiendo fogatas por debajo de los vehículos.
Las armas no disparaban porque su grasa se fundía y, al retirarse del fuego, el agua hirviendo se congelaba en poco más de un minuto.
De un vistazo
Miradas congeladas
El periodista italiano Curzio Malaparte recuerda en su novela “Kaputt” cómo los veteranos del Frente Oriental que desembarcaban en la entonces ocupada Varsovia, en la Segunda Guerra Mundial, llegaban con los párpados congelados debido al frío extremo.