Herminio José Piña Valladares (*)
En un ambiente de alegría se desarrolló el festival precarnavalesco “Luz, magia y color” del viernes 23 pasado a anteayer, en el Gran Salón del Club Campestre, a beneficio del albergue para niños y niñas de Pastoral del Amor.
El viernes 23 participaron en el festival adolescentes y jóvenes con coreografías y bailables al ritmo de canciones modernas, destacando la presencia de padres de familia que asistieron a admirar a sus hijas y premiarlas con un fuerte aplauso. Es motivo de mención el numeroso grupo de jóvenes que asistió a admirar a las compañeras y amigas que bailaban. Al finalizar el festival, los jóvenes se divirtieron con el luz y sonido, con melodías electrónicas hasta la medianoche, en un ambiente eminentemente familiar.El sábado 24 fue una noche diferente en la que participaron en los bailables 16 grupos integrados por las niñas y adolescentes de diversas primarias particulares; mención especial es la intervención del grupo integrado por los adolescentes con capacidades diferentes del albergue “San José” de Pastoral del Amor, que con su alegría y entusiasmo contagiaron a la concurrencia, sobre todo los que intervinieron en sillas de ruedas o con sus limitaciones físicas o psicomotrices, que no fueron impedimento para que se movieran y sonrieran al ritmo de la música de salsa y ataviados con sus coloridos disfraces.
Desde muy temprano, el domingo comenzaron a llegar las niñas de cuatro a seis años acompañadas de sus padres para participar en los bailables. Al iniciar el festival se percibía que iba ser una mañana eminentemente de convivencia familiar, por la presencia de numeroso grupo de abuelitos, tíos, primos y demás parientes. Participaron diversos grupos con vistosas coreografías y coloridos vestuarios que se llevaron como premio nutridos aplausos.
Este año se cumple el XXV aniversario del festival “Luz, magia y color”. También resalta la presencia de numerosos grupos de voluntarios que apoyaron las diversas actividades de la coordinación, staff y edecanes, y atendieron puestos de golosinas, refrescos o antojitos regionales, así como los que apoyaron en la realización del festival durante los tres días, sobre todo a los patrocinadores, empresas que colaboraron en beneficio del albergue.
Un mensaje que guardo en el fondo de mi corazón es el que se encuentra en un cuadro en el albergue y está impreso en las playeras de las damas del staff: “La oración de un niño especial es una melodía a los oídos de nuestro Padre Dios”. Realmente es un mensaje que todos debemos reflexionar, porque algunas veces nos apiadamos de las personas con alguna discapacidad y no nos damos cuenta que son seres muy especiales a los ojos de Dios y sus oraciones son siempre escuchadas.
Nos llevamos un grato recuerdo, especialmente una enorme satisfacción por el desarrollo del festival pre carnavalesco. Estoy seguro que Dios sabrá compensar y recompensar el esfuerzo, dedicación y trabajo en este inolvidable fin de semana.
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*) Abogado asesor jurídico. Correo electrónico: hjpvdirector@hotmail.com.