
El arte y la buena voluntad se fusionaron anteanoche, pues el primero fue el instrumento para lograr recaudar fondos a beneficio de Impulso Universitario, y así poder continuar con el otorgamiento de becas a jóvenes que de otra manera no podrían seguir sus estudios.
La novena edición de “El arte por la educación” se realizó con éxito, con la presencia de artistas e interesados en adquirir las obras que fueron donadas a la causa.
La subasta silenciosa se vio concurrida, y mientras los invitados observaban las obras (pinturas, fotografías, grabados y algunas esculturas) los becarios también participaban en el apoyo de la logística y facilitando lo necesario para que los compradores hicieran sus ofertas.
Fueron 94 las obras de 89 artistas las exhibidas y puestas a subasta en el evento, en una amplia variedad de técnicas y estilos, para todos los gustos y presupuestos.
Eduardo Lizarraga Peniche, presidente del Consejo Directivo de Impulso Universitario, fue el encargado de dar un mensaje, donde expresó que este año no ha sido fácil para la familia de Impulso Universitario, por la partida del padre Jorge Antonio Laviada Molina, quien fuera asesor de la asociación.
Indicó que buscaba la manera de compartir algo que los animara, y aunque no encontraba el rumbo, llegó a sus manos el discurso que el papa Francisco dirigió a las personas que participaron en el Sínodo sobre la Familia el 18 de octubre pasado.
Manifestó que las ideas del Papa pareciera que las escribió para ellos, pues en la institución constantemente están tomando decisiones, poniéndose nuevos retos y marcando altos en el camino.
Entre las ideas del Papa están las siguientes: “Ha sido un camino en el que el más fuerte se ha sentido obligado a ayudar al menos fuerte; en el que el más experto se ha prestado a servir a los demás, incluso a través de las confrontaciones. Y como se ha tratado de un camino humano, junto con las consolaciones ha habido también otros momentos de desolación, de tensión y de tentaciones”.
Sueño en común
Lizarraga Peniche indicó que cuando se tiene un mismo corazón y se comparte el mismo sueño, cada paso que se da en el camino se vuelve una meta alcanzada que ilusiona, anima y da esperanza.
Durante el evento se proyectó un video en el que tanto becarios como impulsores (personas que apoyan a los becarios y dan seguimiento) dieron testimonio de cómo Impulso Universitario les ha cambiado la vida.Dos de los artistas que colaboran en el evento, Sandra Nikolai y Juan Pablo Bavio, quienes son también integrantes del comité que realiza la curaduría de la exposición, coincidieron en que su participación altruista es para poner un granito de arena y ayudar a que más jóvenes terminen sus estudios, pues sólo así se podrá tener un México mejor.La velada fue amenizada por el grupo Jarybó.- Iris Ceballos Alvarado