Pilar Varas Gómez (*)
La ética profesional, también conocida como deontología, es la ciencia de la moralidad y su propósito es establecer deberes y obligaciones morales y éticos (arte de distinguir lo bueno de lo malo) que tienen que asumir quienes ejercen determinada profesión.
Existen los llamados “códigos éticos”, en los que están registrados estos deberes y obligaciones morales, principalmente entre médicos, abogados, ingenieros, arquitectos, maestros, veterinarios y empresarios, extensible a profesiones donde haya trato con seres humanos.
En todas las profesiones se deben cumplir las normas de ética y moralidad de manera eficaz, de modo que no se generen perjuicios ni problemas a terceras personas por el beneficio de quienes ejercen de manera egoísta sus profesiones. Los principios de la ética están establecidos para asegurar que un profesional se desempeñe correctamente. Hay algunas actividades en las que cuando el profesional se gradúa éste se compromete de manera pública con un juramento.
Uno de los casos más representativos son los funcionarios públicos, a quienes se les toma juramento o protesta sobre la Constitución nacional al asumir el cargo. Tal acto simboliza el compromiso que asume el funcionario para desempeñarse con honestidad y lealtad.
Cuando un profesional no cumple de manera evidente las reglas éticas de su profesión es candidato a sufrir castigos o sanciones, ya sea por sus clientes, pacientes o sus superiores, dependiendo del tipo de profesión o actividad que se ejerza.
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*) Diplomada en protocolo y organización de eventos, y artista plástica. Correo: pvarases@msn.com.