NUEVA YORK (HealthDay News).- Discriminar a las personas con sobrepeso u obesas, lo que en inglés se conoce comúnmente como “fat shaming”, no les ayuda a perder peso y podría hacer más mal que bien, según una investigación en Londres.
Ser acosado o tratado con poco respeto, recibir un mal servicio al ir de compras o que se crea que uno es estúpido podría en realidad conducir a un mayor aumento de peso, hallaron los investigadores. “Nuestro estudio muestra con claridad que la discriminación por el peso es parte del problema de la obesidad y no la solución”, señala la autora principal, Jane Wardle, directora del Centro de Conductas de la Salud de Cancer Research UK en el Colegio Universitario de Londres (UCL).
“El prejuicio ante el peso no sólo se ha documentado en el público general, sino también entre los profesionales sanitarios, y muchos pacientes obesos reportan ser tratados con poco respeto por los médicos debido a su peso. Todo el mundo, incluso los médicos, debe dejar de culpar y avergonzar a las personas por su peso y ofrecer respaldo, y cuando sea adecuado, tratamiento”, añade Jane en un comunicado de la universidad.
El estudio, que será publicado en la revista “Obesity”, utilizó datos del estudio longitudinal inglés del envejecimiento, que dio seguimiento a 3,000 adultos a partir de los 50 años. Se siguió a los participantes durante cuatro años. En ese período se les preguntó si sentían que les habían discriminado debido a su peso, edad, sexo o raza. El 5% reportó discriminación por el peso, lo que iba de menos de un 1% en la categoría de “peso normal” al 36% de los clasificados como “obesos mórbidos”, reportaron los investigadores. Y los que experimentaron discriminación aumentaron más de peso que los que no.
Aunque los autores anotaron que su investigación fue un estudio de la población y no un experimento, lo que hace que la conexión sea sólo observacional y no prueba causalidad, concluyen que la discriminación por el peso sólo logra que la batalla contra la obesidad sea más difícil de ganar.”No hay justificación para discriminar a las personas por su peso”, advierte la autora líder del estudio, doctora Sarah Jackson, quien trabaja en epidemiología y salud pública en el UCL.”Los estudios anteriores han hallado que las personas que experimentan discriminación reportan comer para consolarse”, añade. “Las respuestas de estrés ante la discriminación pueden aumentar el apetito, sobre todo de alimentos malsanos ricos en calorías. También se ha mostrado que la discriminación por el peso hace que las personas sientan menos confianza sobre la participación en la actividad física y entonces tiendan a evitarla”.
De un vistazo
Kilos de más
La investigación halló que la discriminación por el peso se asoció a un aumento de un kilo.
Consecuencias
La doctora Sarah Jackson afirma que “las personas que experimentan discriminación reportan comer para consolarse”, añade. “También hace que sientan menos confianza en la actividad física y entonces tiendan a evitarla”.